El pasado sábado, 70 personas procedentes de diferentes ámbitos y comprometidas en la evangelización del mundo obrero, se reunieron en torno a la convocatoria de la Pastoral Obrera, en las Jornadas celebradas en la Residencia Juana María de las Esclavas de María en Valencia, para abordar un diálogo sobre “algunas claves para la evangelización del mundo obrero. La Pastoral Obrera a la luz de ‘trabajo humano, principio de vida’”.
Después de una presentación de los trabajos que están desarrollando la Pastoral Obrera en las diócesis de Segorbe-Castellón, Orihuela-Alicante y Valencia, Paco Porcar, miembro del Seminario sobre el Conflicto Social y militante de la HOAC, encargado de la ponencia subrayó que “vivimos en un sistema social y cultural marcado por el economicismo, que está situado en el centro de la vida social y que nos lleva a la inhumanidad” de las personas.
Las manifestaciones que se producen en el mundo obrero es el empobrecimiento y las injusticias hacia los trabajadores, las trabajadoras y sus familias. En un segundo término, se ha instalado la precariedad vital, ya que el trabajo estructura –y desestructura- la vida de las personas, fruto de estar condicionada por la organización del trabajo y, como consecuencia, se pone en juego la humanización. En este sentido, la desestructuración de la vida se convierte en un problema radical. En tercer lugar, la concepción de la vida imperante desorienta la humanización, lo que algunos sociólogos han venido a denominar sobre nuestra cultura como la de “3G: ganar, gastar y gozar” que lleva a nuestra sociedad a un “tremendo secularismo práctico” cuyo denominador común es el individualismo y, por extensión, la negación “del otro”.
Estas tres manifestaciones son, esencialmente, los tres principales problemas que debe abordar la Pastoral Obrera, ya que minan las bases para que las personas vivan su dignidad. Retos que la Pastoral Obrera debe afrontar desde el Evangelio generando un respuesta evangelizadora: la caridad política, que es unir el amor concreto con la búsqueda de la justicia, tal y como la Iglesia propone.
En este sentido, la Pastoral Obrera debe ofrecer una manera de entender y vivir la vida, una propuesta de vida anclada en Jesucristo. Por tanto, emplazados a transmitir una buena noticia y mostrarla con nuestra manera de ser y hacer en y desde la realidad concreta del mundo obrero. Además, hoy es muy importante tener en cuenta lo que hace la cultura imperante con nosotros ya que, la forma de vivir, de actuar y de comportarse que nos impone, nos afecta a todos.
La Pastoral Obrera se siente emplazada a construir una dinámica que nos sitúe ante las realidades concretas de empobrecimiento e injusticias del mundo obrero; impulsándonos a vivir la encarnación en esas realidades; para aprender y para construir respuestas con las víctimas del sistema. Esta orientación, dialogada en las jornadas como “evangelizar nuestra cultura”, pretende ayudar a compartir nuestra forma de vida y, así, nuestra experiencia de Jesucristo.
Este dinamismo implica crecer en vida en comunión; implica desarrollar procesos de formación e implica vivir en profundidad nuestra confianza en Dios.
Comunicado, 20/02/2010
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