"Ignorar a los pobres es despreciar a Dios" Francisco

martes, 16 de marzo de 2010

LA PAMEMA DEL IVA (por Juan Garcia Caselles)

Empecemos por aquello de que de todas las subidas posibles de impuestos, la del IVA es la más perjudicial para los trabajadores, porque son los que proporcionalmente más pagan, ya que para sobrevivir han de gastarse la totalidad o la mayor parte de sus ingresos. Pero de ahí a la que han montado el PP y sus socios catalanes, hay un trecho. Sobre todo si tenemos en cuenta la pequeñez de la subida y lo acostumbrados que estamos a que nos suban los precios de un día para otro a beneficio de los empresarios sin que nadie se asuste. Pero como ahora es cosa de los rojos estos...
Dice la derecha toda que lo de aumentar el IVA es cosa malísima. Y para convencernos sale un experto de la cosa y argumenta que como los precios van a subir, eso hará que baje el consumo y que las pobres empresas tendrán más dificultades para crear empleo que, al decir de la derecha, es su vocación fundamental, mucho más que lo de ganar dinero, que es cosa sin importancia y en la que los empresarios ni siquiera piensan. Añaden que si, al menos, el estado lo empleara en “consumos productivos”, a lo mejor la cosa no sería tan perniciosa, pero que, de todos modos, lo del IVA es muy mala idea de Zapatero, que solo quiere hundirnos.
Hay que recordar que las clases pudientes no van a bajar su consumo, lo que pasa es que ahorrarán un poco menos. O sea, que solo bajarán su consumo los de siempre.
A la luz de los susodichos expertos, una vez el Estado cobra el IVA, como es para paliar el déficit, el dinero se evapora y no vale para nada. Pero esto todo el mundo sabe que no es así. Veamos lo que puede pasar.

1) Puede pasar que el Zapatero, que es un manirroto, como es sabido, se gaste el IVA en comprar globos de colores, piruletas de todos los tamaños para propagar el socialismo entre la tierna infancia, anuncios en la prensa alabando la elocuencia de Bono, y cosas así. Bueno, pues resulta que eso es consumo, y el consumo no disminuiría y no habría nada que temer.
2) Puede que se lo gaste en “consumo productivo” y haga carreteras, terminales de aeropuertos, fábricas de armas, capillas en los hospitales, etc. Claro que con eso se crearía algún (o mucho) empleo.
3) Puede que se lo gaste en funcionarios por aquello de la enseñanza, la seguridad, la sanidad, etc. lo que así, a primera vista, solo beneficia a los funcionarios. Solo que estos señores ganan un dinero que tienen que gastar para sobrevivir. O sea, que el consumo tampoco bajaría gran cosa, solo lo que pudieran ahorrar, que, como se sabe, es poco.
4) Aún mejor, cogen el dinero y se lo gastan en los pobres, los desempleados, los parados, los viejos, los marginados, los tontitos, etc., que. como con esas perras apenas si pueden sobrevivir, han de gastárselo en toda su integridad, sin poder ahorrar un céntimo, con lo que el consumo, como mínimo, se mantendría.
5) Claro, me dirán los listos, todo eso es mentira porque de lo que se trata es de disminuir el déficit y hay que pagar la deuda terrible que España tiene con el extranjero.
Pero aún así, hay que saber que la deuda va a crecer (no va a disminuir, que eso lo hicimos cuando éramos ricos y teníamos superávit). O sea, que el Estado va a seguir teniendo déficit, lo que significa que va a gastar más dinero del que recauda, lo que, a su vez significa que no solo no va a desaparecer el dinero en manos del personal, sino que va a aumentar, y con él la capacidad de compra, y con ella, el consumo…
O sea, que lo del IVA espantoso no es más que una pamema de los ricos de siempre para engañar a los crédulos de toda la vida. Y, repetimos, sigue sin ser un impuesto justo porque grava más a los más débiles. Mucho mejor y más justo hubiera sido gravar las SICAV, las rentas altas, el patrimonio de las personas y de las sociedades patrimoniales, etc.
Juan García Caselles

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