Le llamaban Tatic, el "padre de los indios" y defensor de sus derechos |
El obispo que ejerció de mediador con la guerrilla zapatista en Chiapas, Samuel Ruiz, ha fallecido hoy a los 86 años en un hospital de Ciudad de México por complicaciones de salud, informaron a Efe fuentes eclesiásticas.
Ruiz, muy conocido y respetado en México por su labor en favor de la paz y su defensa de los grupos indígenas, había sido reportado muy grave en las últimas horas.
El religioso estuvo a cargo de la diócesis de San Cristóbal de las Casas desde 1960 a 2000, año en que se jubiló. El obispo fundó en 1989 el Centro Fray Bartolomé de las Casas, que desarrolla desde entonces en Chiapas una labor activista en favor de los pueblos indígenas y que recibió en 2009 el premio que lleva el nombre del fraile español, entregado por los Príncipes de Asturias.
Ruiz contribuyó a llevar a buen puerto la negociación entre el gobierno federal y la guerrilla del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), alzada en armas el 1 de enero de 1994 en Chiapas para reclamar los derechos de los pueblos nativos de la zona.
El religioso ha sido galardonado con numerosos reconocimientos, entre los que destaca el Premio Simón Bolívar, concedido por la UNESCO en 2000, "por su especial compromiso personal y su papel en tanto que mediador, contribuyendo así a la paz y al respeto de la dignidad de las minorías".
En 2008, formó asimismo parte de una comisión negociadora con otra guerrilla, el Ejército Popular Revolucionario (EPR), que reclamaba al gobierno la entrega de dos de sus militantes desaparecidos. El proceso se cerró sin resultados.
El actual titular de la diócesis de San Cristóbal, el obispo Felipe Arizmendi, dijo en 2009 durante las celebraciones por los 50 años de la ordenación de Ruiz que la vocación de éste quedó marcada por "descubrir y ver de cerca la marginación de una cantidad de comunidades ante una situación de dominación generalizada".
En su comunicado, el actual obispo de San cristobal señala también que "Su lema episcopal fue: Edificar y Plantar. Y aludiendo a su lema, así terminó su homilía el 25 de enero de 2010, en sus bodas de oro episcopales, en la Plaza Catedral: "Damos infinitas gracias al Señor, Trino y Uno, por habernos hecho hijos suyos y por habernos llamado como pastor de su Iglesia, para edificar y plantar su Reino de justicia, de amor y de paz".
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