"Ignorar a los pobres es despreciar a Dios" Francisco

martes, 27 de marzo de 2012

UNA HUELGA GENERAL PARA HUMANIZAR EL TRABAJO

Desde el convencimiento de que el ser humano debe ser el centro de la actividad económica y laboral, y de que la economía debe orientarse a las necesidades de las personas y de sus familias, los movimientos apostólicos HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) y JOC (Juventud Obrera Cristiana), así como la comunidad religiosa de los los Claretianos (parroquia San Francisco de Sales, Elda) mostramos nuestro apoyo a la huelga general convocada por las organizaciones sindicales.
La reforma laboral que provoca esta convocatoria de huelga, como otras reformas anteriores, va en la dirección de concebir a la persona como un sujeto secundario, que se verá beneficiado de una hipotética mejora de la economía de las empresas y del mercado. Sin embargo, la historia viene demostrando que, las distintas reformas laborales realizadas y el crecimiento económico anterior a la crisis, aumentaron la precariedad y el empobrecimiento de las familias trabajadoras. En estas fechas hemos tenido conocimiento a través de distintos medios de comunicación que en la provincia de Alicante hay 40.000 personas que se encuentran en situación de extrema pobreza y 360.000 son los que viven en el umbral de pobreza relativa.

Benedicto XVI en Caritas in veritate nos dice: "Quisiera recordar a todos, en especial a los gobernantes que se ocupan en dar un aspecto renovado al orden económico y social del mundo, que el primer capital que se ha de salvaguardar y valorar es el hombre, la persona en su integridad: «Pues el hombre es el autor, el centro y el fin de toda la vida económico-social»."
Creemos que la huelga general es una oportunidad para reivindicar una concepción del trabajo humano como principio de vida, como elemento humanizador que procure la satisfacción de las necesidades materiales, culturales y espirituales de la persona. Una oportunidad también, para que las personas trabajadoras busquemos alternativas a un sistema capitalista que ha impuesto una cultura de la producción y el consumo que nos mantiene permanentemente insatisfechas. Juan XXIII señalaba que "si el funcionamiento y las estructuras económicas de un sistema productivo pone en peligro la dignidad humana del trabajador o debilitan su sentido de responsabilidad, hay que afirmar que este orden económico es injusto" (MM 83).
Los retos actuales que atraviesa la economía requieren medidas políticas concertadas que subordinen la economía financiera a la economía productiva. La democracia es tal cuando hace justicia y toma partido por el ser humano. Es preciso, como ha pedido insistentemente Benedicto XVI y el Pontificio Consejo "Justicia y Paz", una reforma del sistema financiero internacional. Esta reforma supondría avanzar en justicia social y comunión de bienes, redistribuyendo efectivamente la riqueza existente; controlar la economía especulativa y frenar el desmedido afán de lucro, en lugar de eliminar derechos. Este es el camino que puede generar riqueza orientada a la creación de empleo decente y con derechos y a disminuir la pobreza.
No queremos dejar de mencionar que la situación actual exige, a todas las organizaciones obreras, redoblar esfuerzos para dar respuesta a las situaciones que viven los trabajadores y trabajadoras. Esta situación está demandando en primer lugar avanzar en unidad sindical, que tenga como objetivo primordial la defensa de un trabajo decente y la lucha por unas condiciones de vida dignas, especialmente para los sectores más empobrecidos de la sociedad.

Orihuela-Alicante, 26 de marzo de 2012

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