La Confederación Europea de Sindicatos (CES) ha convocado
una jornada de acción y solidaridad para el próximo 14 de noviembre. Esta
Jornada europea adoptará diversas formas: huelgas, manifestaciones, concentraciones
y otras acciones.
Ante este acontecimiento importante e histórico para
la vida de los trabajadores y trabajadoras de Europa y para quienes
sufren la lacra del desempleo, nosotros como Movimientos Cristianos
en el mundo obrero de España y Portugal, nos alegramos por esta jornada europea
y hacemos pública nuestra posición.
Las tasas de pobreza y exclusión de nuestros países del sur
de Europa están aumentando a un ritmo vertiginoso. Hay un ataque en toda regla
a los derechos sociales y a la protección de las personas y familias
trabajadoras con el argumento de priorizar el pago de la deuda. Una
deuda que es ilegítima al proceder de préstamos que fueron concedidos y
gestionados de manera dudosa, que atentan contra la dignidad de la vida de
la ciudadanía, y ponen en peligro la convivencia pacífica entre los
pueblos. La política europea, que tomó medidas desastrosas en algunos de los
estados miembros, ha declarado como prioridad la salvación del sistema
financiero y de los bancos, en lugar de rescatar a las personas. La deuda
pública se está convirtiendo en un mecanismo de trasvase de riqueza de pobres a
ricos. Por eso, cada vez hay más personas con empleos precarios o que no
encuentran trabajo y con un futuro incierto, especialmente los jóvenes.
Entendemos que pese a la situación que estamos sufriendo, no
podemos ni debemos olvidar a nuestros hermanos y hermanas de los países más
empobrecidos de Europa del Este y de nuestro planeta. Lo que aquí empezamos a
sufrir es lo que está sucediendo, sobre todo en el Sur, desde hace décadas,
donde la deuda externa se ha cobrado millones de vidas, abocando al hambre y la
esclavitud a miles de personas, familias y países enteros.
Las
consecuencias de estas decisiones afectan al conjunto de la sociedad pero, de
manera más dura, a los sectores del mundo del trabajo más débiles y
empobrecidos. Estas consecuencias llevan al empobrecimiento generalizado y a la
pérdida de cohesión social y de horizonte vital. Los grupos más castigados son
los inmigrantes, los jóvenes, las mujeres y parados de larga duración...
Este año en la Iglesia celebramos “el Año de la fe”. Como parte de ella, se nos invita a profundizar en el Catecismo de la Iglesia, en donde leemos: “La regulación de la economía únicamente por la ley de mercado quebranta la justicia social, porque «existen numerosas necesidades humanas que no pueden ser satisfechas por el mercado». Es preciso promover una regulación razonable del mercado y de las iniciativas económicas, según una justa jerarquía de valores y con vistas al bien común.” (CIC, 2425)
Este año en la Iglesia celebramos “el Año de la fe”. Como parte de ella, se nos invita a profundizar en el Catecismo de la Iglesia, en donde leemos: “La regulación de la economía únicamente por la ley de mercado quebranta la justicia social, porque «existen numerosas necesidades humanas que no pueden ser satisfechas por el mercado». Es preciso promover una regulación razonable del mercado y de las iniciativas económicas, según una justa jerarquía de valores y con vistas al bien común.” (CIC, 2425)
Nosotras y nosotros, que formamos parte de estos
movimientos, entendemos que quien debe promover esta regulación razonable
del mercado, son los gobiernos. Pero en la situación actual, nuestros gobiernos
son súbditos de la situación financiera y la única salida que nos están
ofreciendo son políticas de recortes, que rebajan claramente los derechos de
los trabajadores respecto a situaciones anteriores. Lo peor es que en los últimos años de nuestras democracias
siempre pierden en el concierto social los mismos, y siempre los más
débiles.
Por eso, la primera vía para intentar revertir esta
situación de conflicto es el diálogo. Cuando éste no es posible, la propia
Iglesia reconoce la legitimidad del recurso a “la huelga no violenta, cuando se
presenta como el instrumento necesario, en vistas a unas mejoras proporcionadas
y teniendo en cuenta el bien común” (CIC,
517) La política que se está
desarrollando ha olvidado el sentido de la justicia y un trabajo en defensa de
la fraternidad y el bien común.
Precisamente por esta razón, entendemos que esta
convocatoria de huelga general y las movilizaciones en toda
Europa están justificadas. Las políticas al servicio de las personas y de
sus necesidades básicas deberían ser prioridad, por encima de los intereses de
los mercados.
Una
de las terribles consecuencias que ha provocado esta involución y regresión
social, es la aparición de un sentimiento generalizado de miedo. Un estado de
miedo e incertidumbre que se ha instalado para condicionar las expectativas y
proyectos personales y familiares de las personas: miedo a perder el
empleo, asumiendo así todo tipo de precariedad, miedo a las represalias
por cualquier acción de protesta, miedo igualmente a secundar una convocatoria
de huelga...
Mientras
esto sea así, entendemos que hay legitimidad para actuar en
defensa de los derechos de las personas y familias trabajadoras. A su vez
reivindicamos, en el marco de esta Jornada europea de acción y
solidaridad, el papel de la política y, en especial, de los sindicatos, que son
la principal defensa organizada de los trabajadores.
Por todo ello, pedimos a los
políticos, sindicatos, empresarios, entidades financieras y a los distintos
expertos, que actúen con responsabilidad ante la gravedad de la situación
actual, que puede empeorarse en el caso de que olviden este principio básico de
humanidad: “las necesidades de los pobres deben tener preferencia sobre los
deseos de los ricos; los derechos de los trabajadores, sobre el incremento de
los beneficios” (Juan Pablo II, Toronto 1984)
Queremos acabar invitando a vivir las
palabras de nuestros obispos, al finalizar el reciente Sínodo sobre la Nueva
Evangelización, celebrado en octubre:
“Al mundo de la economía y del trabajo
queremos recordar como de la luz del Evangelio surgen algunas llamadas
urgentes: liberar el trabajo de aquellas condiciones que no pocas veces lo
transforman en un peso insoportable con una perspectiva incierta, amenazada por
el desempleo, especialmente entre los jóvenes, poner a la persona humana en el
centro del desarrollo económico y pensar este mismo desarrollo como una ocasión
de crecimiento de la humanidad en justicia y unidad.”
7 de noviembre de 2012
LOC/MTC de Portugal
(Liga Obrera Católica/Movimiento de Trabajadores Cristianos)
(Liga Obrera Católica/Movimiento de Trabajadores Cristianos)
JOC de Portugal
(Juventud Obrera Católica)
(Juventud Obrera Católica)
HOAC de España
(Hermandad Obrera de Acción Católica)
(Hermandad Obrera de Acción Católica)
(Acción Católica Obrera)
JOC de España
(Juventud Obrera Cristiana)
(Juventud Obrera Cristiana)
Movimiento de
Trabajadores Cristianos de Europa
Charo Castelló y Marc
Michiels - Presidenta y Coordinador
No hay comentarios:
Publicar un comentario