La Delegación de Acción Social y Caritativa de la Diócesis ha publicado
“El trabajo, un bien escaso” que reflexiona sobre la necesidad en nuestra
provincia de “otra organización del trabajo” como un derecho universal y un
bien escaso
La “búsqueda de la justicia social” o “la comprensión humanista del
trabajo” son conceptos que pueden propiciar un nuevo reparto del trabajo
El año 2012 se cerraba con 226.227 desempleados en la provincia de
Alicante (según datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social).Cifra que
hace que el principio del trabajo como un derecho universal no se corresponda
con la realidad de nuestra sociedad. “Por lo tanto, si el trabajo es, a la vez,
un derecho universal y un bien escaso y va a seguir siéndolo en el futuro, es
urgente empezar a pensar en cambios profundos que hagan posible otra
organización y distribución del trabajo. Es la hora de avanzar en una nueva
cultura del reparto del empleo existente” explica Lucio Arnáiz, delegado
diocesano de Acción Social y Caritativa.
Y precisamente en este puntal se centra “El trabajo, un bien escaso”,
el último informe elaborado por la Delegación de Acción Social y Caritativa de
la Diócesis de Orihuela-Alicante.Este documento, siguiendo la estructura
habitual de “El Ver”, “El Juzgar” y “El actuar”, quiere aportar su granito de
arena a una “necesaria reflexión social” sobre la posibilidad de “otra
organización del trabajo”. “Es urgente imaginar nuevas fórmulas que permitan
que este deseado bien -el empleo- esté al alcance de la mayoría de la
población” añade Arnáiz.
Economía con altas cifras de desempleo, éxodo preocupante de jóvenes
cualificados, descenso de la cobertura social, persistencia de la economía
sumergida, precarización laboral y el fenómeno simultáneo en nuestra zona de
inmigración y emigración son algunos de los puntos que marcan la realidad
alicantina siendo el problema del paro ya no solo un asunto coyuntural sino
estructural. “No podemos vivir responsablemente nuestra fe sin dejarnos afectar
por el sufrimiento provocado por esta situación” se puede leer en este informe.
Situación que está provocando entre otras muchas cosas empobrecimiento
progresivo y caída de muchas personas y familias en exclusión así como el
aumento de la desesperanza, la frustración y la pérdida de la autoestima.
Aún así, ante esta dura realidad, según “El trabajo, un bien escaso” se
van abriendo paso nuevas iniciativas de lo que se podría llamar “economía social”
que proclaman que “otra organización económica es posible”. El Proyecto Gema de
Cáritas Diocesana, propuestas de economía de comunión y del bien común,
cooperativas de agricultura y consumo ecológico, crecimiento de la banca ética,
huertos urbanos… son solo algunos ejemplos.
Favorecer la actividad de nuevos emprendedores, generar empleo
industrial, estimular fiscalmente el autoempleo y la actividad económica de los
autónomos o aprovechar mejor la capacidad de generación de empleo de la
actividad agrícola son algunas de las propuestas que se recopilan en este
documento. Eso sí, defendiendo siempre la necesidad de empleos “decentes” donde
no se vean mermadas las justas y necesarias condiciones laborales.
Pero si el cambio quiere ir más allá se plantea como una necesidad en
este informeel llevar a cabo de manera urgente “un nuevo reparto del trabajo”
propiciado por la búsqueda de la justicia social, la comprensión humanista del
trabajo y un mejor uso y aprovechamiento de los medios de producción. En este sentido
pactar un nuevo equilibrio entre empleo público y privado, crear empleo de
calidad en el ocio y la cultura, introducir en nuestra sociedad el “job
sharing” (dos personas comparten el mismo puesto de trabajo), evitar al
pluriempleo o reducir progresivamente la jornada laboral se plantean como
nuevos modelos que propicien que el empleo esté al alcance de la mayoría de la
población.
DESCÁRGATE EL INFORME COMPLETO AQUÍ:
Archivo adjunto "ElTrabajoUnBienEscaso.pdf"
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