Los educadores del Movimiento Junior de Acción Católica, reunidos en las Matas (Madrid), los días 16 y 17 de octubre, manifestamos:
El Movimiento Junior de A.C., como movimiento de niños, lleva trabajando para la evangelización del mundo infantil más de cuarenta años siendo su mayor activo la cantidad de militantes cristianos que ha aportado a la Iglesia. Su metodología evangelizadora, reflejada en la elaboración de múltiples reflexiones a partir de su experiencia de trabajo con los niños, constituye un valioso patrimonio en la Pastoral de la Infancia. La consideración de que los niños son protagonistas de sus vidas en todos los aspectos ha posibilitado a la iglesia y a la sociedad el que se valore y se tenga presente la aportación de los mismos en estos ámbitos.
El 13 de septiembre de 2010, se nos ratificó oficialmente por parte del obispo secretario de la Conferencia Episcopal Española (CEE), la disolución de la organización nacional del Movimiento Junior de Acción Católica, extendiendo la certificación necesaria para darle de baja en el registro de entidades religiosas del Ministerio de Justicia.
La causa grave, necesaria para la disolución de un movimiento de apostolado seglar que requiere el derecho canónico, es expresada en la citada comunicación como “la voluntad pastoral de los obispos de reestructurar la Acción Católica, lo cual afecta al Movimiento Junior y a otros movimientos”.
Ante la decisión tomada tenemos que manifestar:
a) Que lamentamos profundamente la decisión de disolver el Movimiento Junior de Acción Católica, con la que no estamos de acuerdo, siendo obligados a la suspensión de las actividades de la organización a nivel general.
b) Que el proceso que nos ha llevado a esta situación tuvo su punto de inflexión en la Asamblea General de Huesca (diciembre 2007) que decidió, según el procedimiento establecidos por nuestros estatutos aprobados por la CEE, no incorporarse al proyecto de unificación de los movimientos de Acción Católica General de la que formaba parte el JUNIOR. Ni antes de la misma, ni en la misma Asamblea, se nos informó que la unificación de los Movimiento de adultos, jóvenes y niños era el planteamiento de la CEE, pues nada había decidido ésta, según nos consta, en ese aspecto. ¿Por qué se nos permitió tomar la decisión libremente, si después se nos iba a prohibir continuar siendo Movimiento Junior de A.C.? ¿Por qué no se respetó la decisión tomada libremente por la Asamblea en uso de sus facultades? Son preguntas que nos surgen aún hoy en día.
c) Lamentamos que en todo este proceso ni se nos haya consultado, ni se nos haya convocado. Que se obvie el protagonismo de los laicos tal y como establece la definición de la Acción Católica que hace el Vaticano II, como del papel de los laicos en la Iglesia, produce en la misma un gran empobrecimiento; sintiendo que no se nos ha respetado nuestra dignidad como personas y como cristianos miembros de la Iglesia.
Los mismos niños, que manifestaron claramente su deseo de que el Movimiento Junior de A.C continuara, sienten la misma decepción.
d) No entendemos, ni compartimos, la causa grave expresada para proceder a nuestra disolución, la cual ha sido comunicada al movimiento con posterioridad a la decisión de la CEE. Creemos que una causa grave no puede ser nunca un tema organizativo o una apreciación subjetiva sujeta a interpretación, sino algo que vaya en contra de la esencia de la misión confiada al Movimiento. Tampoco vemos incompatibilidad en la coexistencia con otros movimientos de Acción Católica que trabajen apostólicamente con los niños. De todas manera pensamos que no se ha respeto el proceso establecido para la disolución de un movimiento de laicos.
e) Nuestra decidida apuesta por continuar realizando la tarea evangelizadora que hemos venido haciendo en fidelidad al estatuto aprobado por la Conferencia Episcopal Española en 2003, excepto en lo que taxativamente se nos elimina: la organización nacional del Movimiento Junior de A.C., es decir el no ser un movimiento de Acción Católica a nivel nacional. Seguiremos haciendo hincapié, desde nuestra identidad eclesial, en la participación y protagonismo de los niños en la tarea evangelizadora.
f) Nuestra postura es de establecer cauces de comunión y coordinación con todas las organizaciones que tengan relación con la Pastoral de la Infancia tanto a nivel diocesano como general.
g) Nuestra solicitud a los obispos de las diócesis donde existe el Movimiento Junior de A.C. de la aprobación del movimiento del asociación diocesana según establece el derecho canónico.
f) Nuestro agradecimiento a todas las personas, comunidades, movimientos, asociaciones… (eclesiales y sociales), su aliento, respeto, apoyo y comprensión en este periodo.
Los niños y niñas del movimiento, sus familias, los educadores y educadoras del Movimiento Junior de Acción Católica seguiremos intentando vivir como comunidad eclesial de niños, organizados para realizar la misión de Jesús, de ir y anunciar en el mundo infantil la Buena Noticia. Este es el centro de nuestra vocación y nuestra decidida tarea.
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