COMUNICADO EN
LA JORNADA MUNDIAL POR EL TRABAJO DECENTE
Comisión Permanente de la HOAC
El7 de octubre se celebra la Jornada Mundial por el Trabajo Decente. La Organización Internacional del Trabajo (OIT)
fundamenta la realización de esta Jornada Mundial en razones poderosas. “El
trabajo decente es esencial para el bienestar de las personas. Además de
generar un ingreso… el trabajo decente sintetiza las aspiraciones de los
individuos durante su vida laboral” (OIT).
En
las actuales condiciones de crisis económica y financiera, pero también moral y
ética, es más importante que nunca que los trabajadores y trabajadoras del
mundo entero se manifiesten reclamando su derecho a un trabajo decente y una
vida decente.
En nuestro país nos han impuesto una reforma laboral permanente que subordina
cada vez más los derechos laborales a los intereses del sistema capitalista.
Las estadísticas muestran que estas medidas no dan los resultados que
prometían, sino que han supuesto un paso más en la vulnerabilidad que sufren
los trabajadores y trabajadoras, especialmente los más empobrecidos.
En el ámbito
mundial, hay pocos indicios de que se ponga fin a la crisis del empleo. Cada
puesto de trabajo perdido representa un drama humano y desde 2008 se han
perdido cerca de 40 millones de empleos; ya son 205 millones las personas sin
trabajo y 1.450 millones quienes trabajan con empleos precarios. Mientras, las
“recetas” abordadas por las entidades económicas internacionales y los
gobiernos (reducir y congelar salarios, eliminar derechos, destruir empleo,
desmantelar la protección social, privatizaciones, reformas de la negociación
colectiva…) añaden, a la situación de precariedad laboral y vital de muchas
familias trabajadoras, la exclusión y marginación como consecuencia de la
pérdida del trabajo, la carencia de ingresos básicos, el no poder pagar la
hipoteca o el alquiler de su vivienda, etc.
De esta forma, el
trabajo, que es un bien fundamental para las personas, se está convirtiendo en
empleo precario e indecente, que sacrifica a los trabajadores y trabajadoras al
dios de la competitividad y del mercado. Las personas y sus derechos se ven
sometidas a las exigencias de una economía indecente y nos hacen creer que esto
es algo natural y normal.
Ante esta
situación desde la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) queremos hacer un
llamamiento a la Iglesia y a la ciudadanía en general, para que tomemos
conciencia y nos comprometamos en defender la dignidad humana; es el momento de
la participación, de la política, de la responsabilidad. Hemos de reivindicar,
desde nuestros movimientos y organizaciones, una economía al servicio de la
persona, un trabajo decente y condiciones de vida dignas para todas las
personas y familias, como nos recuerda Benedicto XVI en su última encíclica
“Caritas in veritate”: un trabajo que, en cualquier sociedad, sea expresión de
la dignidad esencial de todo hombre o mujer: un trabajo libremente elegido, que
asocie efectivamente a los trabajadores, hombres y mujeres, al desarrollo de su
comunidad; un trabajo que, de este modo, haga que los trabajadores sean
respetados, evitando toda discriminación; un trabajo que permita satisfacer las
necesidades de las familias y escolarizar a los hijos sin que se vean obligados
a trabajar; un trabajo que consienta a los trabajadores organizarse libremente
y hacer oír su voz; un trabajo que deje espacio para reencontrarse
adecuadamente con las propias raíces en el ámbito personal, familiar y
espiritual; un trabajo que asegure una condición digna a los trabajadores que
llegan a la jubilación. (Caritas in veritate,
63)
No hay comentarios:
Publicar un comentario