Encuentro
entre la Iglesia de Orihuela-Alicante y Sindicatos
El 1 de junio, convocados por el
Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera, tuvo lugar en el Obispado de
Orihuela-Alicante, una reunión con los sindicatos CCOO y UGT[1].
Esta reunión se enmarca dentro de las actividades de la celebración del 20
aniversario de la aprobación, por la Plenaria de la Conferencia Episcopal
Española, del documento “La Pastoral Obrera de Toda la Iglesia”[2]
y de las actividades entorno a la iniciativa “Iglesia por el Trabajo Decente”[3].
En nombre de Don Jesús Murgui,
obispo de Orihuela-Alicante, asistieron Don José Luis Ubeda (Vicario General) y
Don José Navarro (Vicario de la zona de Alicante), también asistió Pasqual
Maestre (Delegado de Laicos), y por El
Secretariado de Pastoral Obrera Ana Palazón (Directora) y Antonio Aranda. Por
parte de los sindicatos: de CCOO; Carmen Palomar y Consuelo Navarro (Secretarias
Generales de las comarcas de Vinalopó-Vega Baja y Alacantí-Les Marines,
respectivamente), por UGT; Yaissel Sánchez y Oscar Llopis (Secretaria General y
ex Secretario General de Alacantí-Les Marines).
El dialogo lo mantuvimos en torno
al “Trabajo
Decente” término acuñado por la Organización Internacional del Trabajo
y que Benedicto XVI definió en Caritas in veritates[4].
Los sindicatos nos aportaron su visión de cómo se está configurando hoy, tras
la crisis, el trabajo: los datos del desempleo,
con los problemas de baja cobertura de protección y más de un 50% de
desempleados sin ningún tipo de protección, la problemática de los desempleados
de larga duración y de aquellos otros que han sido “descartados” del mercado laboral; la preocupación por que la
mayoría del trabajo que se está creando es precario, con un alto índice de
rotación, temporal, a tiempo parcial y que está dando lugar a un alto índice de
“trabajadores pobres”; también es
preocupante el aumento de la siniestralidad
laboral, 16 muertos en la provincia de Alicante durante 2015 y algo más de
600 en el conjunto del Estado; las dificultades para conciliar el trabajo y la vida personal, familiar y social; el
problema de las pensiones,
actualmente muy bajas, aunque el verdadero problema es el futuro de las mismas,
a los jóvenes les está costando mucho acceder al mercado de trabajo y cuando lo
logran suele ser con un trabajo precario, esto hoy en día no les garantiza
poder acceder en un futuro a unas pensión suficiente y digna.
Un momento durante la reunión... |
Distintas organizaciones
eclesiales, animados por nuestro obispo, estamos impulsando en
Orihuela-Alicante la iniciativa “Iglesia
por el Trabajo Decente”. En primer lugar queremos dar respuesta a un reto
que, en el contexto del sínodo de la Familia, lanzo el Papa Francisco “se espera de parte
de la Iglesia una acción de apoyo concreto para un empleo digno”[5],
además, buscamos hacer visible las situaciones de vulnerabilidad, precariedad y
pobreza que se dan en el mundo del trabajo y, finalmente, difundir los
principios, sobre el trabajo, que recoge la Doctrina Social de la Iglesia.
Ana Palazón Balboa
Directora
Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera
[1] CCOO y UGT, según los procesos electorales,
representan al 79,6% de los trabajadores/as de la Comunidad Valenciana.
[4] “Por
esto, ya el 1 de mayo de 2000, mi predecesor Juan Pablo II, de venerada
memoria, con ocasión del Jubileo de los Trabajadores, lanzó un llamamiento para
«una coalición mundial a favor del trabajo decente», alentando la estrategia de
la Organización Internacional del Trabajo. De esta manera, daba un fuerte apoyo
moral a este objetivo, como aspiración de las familias en todos los países del
mundo. Pero ¿qué significa la palabra «decente» aplicada al trabajo? Significa
un trabajo que, en cualquier sociedad, sea expresión de la dignidad esencial de
todo hombre o mujer: un trabajo libremente elegido, que asocie efectivamente a
los trabajadores, hombres y mujeres, al desarrollo de su comunidad; un trabajo
que, de este modo, haga que los trabajadores sean respetados, evitando toda
discriminación; un trabajo que permita satisfacer las necesidades de las
familias y escolarizar a los hijos sin que se vean obligados a trabajar; un
trabajo que consienta a los trabajadores organizarse libremente y hacer oír su
voz; un trabajo que deje espacio para reencontrarse adecuadamente con las
propias raíces en el ámbito personal, familiar y espiritual; un trabajo que
asegure una condición digna a los trabajadores que llegan a la jubilación.”
Caritas in veritates, n. 63
[5] Sínodo de los Obispos sobre la Familia, n. 71
(octubre 2014)
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