"Ignorar a los pobres es despreciar a Dios" Francisco

lunes, 3 de febrero de 2014

GUILLERMO ROVIROSA, APÓSTOL DEL MUNDO OBRERO

Durante el 2014, los militantes de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) conmemoramos el 50 Aniversario de la muerte de Guillermo Rovirosa, primer militante hoacista y apóstol del mundo obrero.

Guillermo Rovirosa Albet nace en Vilanova i la Geltrú (Barcelona) el 4 de agosto de 1897.

Terminado el bachillerato inicia los estudios de Ingeniería industrial. Abandona la Iglesia no conforme con una fe que no responde a su ansia de conocer la verdad. Tras buscarla en otras religiones y corrientes filosóficas de su tiempo concluye que sólo la ciencia ofrece certeza de la verdad que podemos conocer. En 1922 se casa con Catalina Canals y trabaja en Barcelona. Más tarde se trasladan a París. Allí unas palabras que escucha casualmente al Arzobispo Verdier le hacen caer en la cuenta de que está negando lo que no conoce: en realidad niega credibilidad a Jesucristo sin conocerlo. Inicia entonces una aproxima¬ción a la persona de Jesús y a su mensaje que culmina, un año después, con su conversión a la fe cristiana en El Escorial en la Navidad de 1933.

Esta conversión marca su vida definitivamente. Él y su esposa se entregan por completo a Dios, disponibles para lo que Él quiera de ellos. Se quedan a trabajar en Madrid y empieza a formarse en la Doctrina Social de la Iglesia. Durante la Guerra Civil cada día se celebra clandestinamente la misa en su casa; sus compañeros trabajadores le eligen presidente del comité obrero de su empresa, por lo que en 1939 es condenado a seis años de prisión, de los que cumple uno. Esta experiencia le ayuda a conocer la realidad del mundo obrero y a percibir la sintonía entre sus ansias de justicia y las propuestas del evangelio. En 1940 se incorpora a la Acción Católica (AC) y comienza a actuar apostólicamente con trabajadores.

La Iglesia le encarga poner en marcha la HOAC

En 1946 los obispos españoles, a instancias de Pío XII, ante la situación de lejanía de la Iglesia de la clase obrera, deciden la creación de una especialización obrera dentro de la AC y, buscando quien podría organizaría, se lo encargan a Rovirosa. Éste ve en esta tarea la misión que Dios le tenía reservada y, coherente con la ofrenda de su vida hecha al convertirse, de acuerdo con su esposa, renuncia a todo y se dedica por entero a hacer realidad la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC).

Convencido de que los obreros son los que evangelizarán el mundo del trabajo, recorre toda España promoviendo grupos de apóstoles obreros, dando cursillos de formación en horas nocturnas, visitando los seminarios en busca de futuros con¬siliarios. Pone en marcha el ¡TÚ!, semanario obrero de amplia difusión, y el Boletín de la HOAC para la formación de mili-tantes. Su palabra es siempre viva y directa, alude a la dura realidad del mundo obrero y transmite la visión cristiana del hombre y su dignidad de hijo de Dios y de trabajador. Valora la cultura obrera y habla su lenguaje. Apasionado seguidor de Jesucristo, lo presenta como aquel que responde a los anhe¬los de justicia y hermandad que laten en el esfuerzo de supe¬ración del mundo obrero aún en medio de conflictos y luchas; y muestra cómo en su evangelio, llevado a la vida, está la clave de solución de los problemas sociales.

Su planteamiento resulta esperanzador para muchos trabajadores que descubren a un Dios cercano a su mundo e impli¬cado en su renovación, y son frecuentes entre ellos las con¬versiones a la fe en Jesucristo. Pero otros sectores sociales acomodados se sienten cuestionados y reaccionan con dureza. En la España de los años 40 y 50 un movimiento apostólico de este tipo, a contracorriente de la línea oficial, no era aceptado fácilmente; por ello llueven denuncias falsas y presiones sobre la Jerarquía eclesiástica para que actúe contra Rovirosa. En 1957 es apartado de la dirección de la HOAC.

A partir de entonces Guillermo Rovirosa pasa largas temporadas en Montserrat, profundiza en su reflexión teológica, aplicando siempre el evangelio a la vida de la persona y de la sociedad, y escribe una serie de obras que manifiestan la grandeza de su fe y su pasión por un mundo que llegue a vivir en comunión. Muere en Madrid el 27 de febrero de 1964.

Proceso de canonización

El 8 de julio de 2003 tiene lugar el acto de apertura del proceso de canonización de Guillermo Rovirosa.

Guillermo Rovirosa, es para la HOAC, un referente de militante obrero cristiano; una persona que entregó su vida, en cuerpo y alma, y gracia, como él decía, a “devolver a Cristo a los pobres de su tiempo, al mundo obrero”. Ése fue su empeño, y eso es lo que nos motiva a difundir su vida y su pensamiento.

Comisión Diocesana de la HOAC de Orihuela-Alicante
 
 
El Obispo Victorio Oliver escribía en el año 1996 el siguiente texto: «Nació la HOAC al calor de la Iglesia. Fue fruto de un encargo, de una misión. Los obispos, preocupados por la situación del mundo obrero, lanzaron, hace 50 años, una llamada urgente. Encontró eco generoso en la persona de un converso, que recordamos con emoción: Guillermo Rovirosa. Guillermo tenía callos en sus manos y fe vigorosa en su corazón. Unió fuertemente el yunque, el taller y su dolor, el telar tejido de injusticia y desigualdades, los unió con una honda vivencia mística, que se nutría de oración y silencio, de coraje y de amor a la Iglesia. Al mundo del trabajo y al proyecto del Reino de Dios les hizo bien aquella unión de Rovirosa».
 
 
 
“Me alegra saber que mantenéis viva la memoria de nuestro Guillermo, glorioso intercesor de la causa obrera junto al Obrero de Nazaret. (...) Tengo su imagen en la mente y en el corazón como la de un laico cristianamente apasionado por la causa obrera, enamoradísimo de Jesucristo, hombre de frontera en el diálogo de la Iglesia con el mundo, entusiasta y esperanzado siempre, contagiador”. (Pedro Casaldáliga, Obispo de Sao Felix de Araguaia)
 

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