La “Declaración ante la crisis moral y económica” de la Conferencia Episcopal Española en su XCIV Asamblea Plenaria celebrada el 27 de noviembre de 2009 merece ser leída y tenida en consideración por varios motivos: por su procedencia, por la temática a que se refiere y por lo que en ella se dice.
Realmente se echaba en falta ante la grave crisis que padecemos, si bien unos más que otros y con distintas responsabilidades en su origen y en su gestión, un pronunciamiento del Ministerio Pastoral a nivel de Conferencia Episcopal ya que a nivel individual sí habían habido varios pronunciamientos episcopales llamando a la solidaridad.
Los obispos señalan en su declaración que la crisis incide de manera especial en las familias, los pequeños y medianos empresarios y en la población inmigrante. Nada que objetar a esta afirmación, pero sí es deber de honestidad hacer una pequeña observación: los obispos no hacen la más mínima referencia al movimiento obrero al referirse a las víctimas de la crisis, y ello pese a que saben perfectamente que los casi cuatro millones de parados se encuadran objetivamente en lo que todos conocemos, ellos también, como el mundo obrero.
Como quiera que los obispos son personas preparadas y que además cuentan con asesores especialistas en temas sociales, se hace difícil, por no decir imposible, pensar que la omisión se deba a un olvido involuntario… (leer articulo completo) (leer documento CEE)
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