Hoy se celebra en toda Europa el 1º de mayo, el día de la clase trabajadora. 124 años después de aquella incansable lucha para conseguir la jornada laboral de 8 horas, con las consiguientes represiones brutales de patronos y policía en Chicago, el 1º de mayo mantiene en la actualidad todo su sentido.
Cada día, los jóvenes trabajadores y las jóvenes trabajadoras se enfrentan a situaciones de desempleo, condiciones precarias de trabajo, inestabilidad laboral, bajos salarios, presiones por parte de la clase empresarial, privación de derechos y condiciones laborales indignas que ponen en peligro su propia seguridad. Estas situaciones hieren la dignidad de la juventud, ya que no le permiten planear y afrontar su futuro con normalidad. No en vano, la juventud se siente frustrada y no realizada con lo que hace, y ello también se refleja en el trabajo y en la familia.
Las estadísticas divulgadas por Eurostat en julio de 2009 señalaban que la tasa de desempleo entre los jóvenes europeos con edades comprendidas entre los 15 y los 24 años se incrementó hasta un 18,3%.La cifra de jóvenes desempleados ascendía a los 5 millones en los 27 países de la UE.
Las nuevas generaciones de jóvenes trabajadores son también personas con dignidad y tienen derecho a una vida más humana, y no pueden considerarse como meras piezas que contribuyen a la obtención del máximo beneficio económico. Europa no puede correr el riesgo de perder todo el potencial que representa la juventud trabajadora. Es urgente invertir esta concepción de la sociedad que "desperdicia" a los jóvenes. Por el contrario, la juventud necesita mayores posibilidades de autonomía y posibilidades de emancipación, así como una formación y cualificación que garanticen el desarrollo y el crecimiento de las sociedades.En este contexto, la lucha por un trabajo digno, de calidad y con derechos es esencial para que pueda construirse una Europa más solidaria y más justa. Cada joven trabajador ha de tomar conciencia de su dignidad y de la importancia de preservarla. Ante ello, el individualismo no es la mejor solución, sino que es imprescindible la movilización colectiva, una lucha por el bien de todos y de todas.
En este sentido, la JOC Europea, desde sus movimientos nacionales, comienza hoy, 1 de mayo de 2010, una campaña sobre la dignidad de la juventud trabajadora ("Dignity"), que se prolongará duranante los próximos dos años. Vamos a salir a la calle con el compromiso de trabajar con otros jóvenes y otras jóvenes para buscar estrategias que promuevan, efectivamente, el trabajo digno. Creemos en definitiva en un desarrollo económico y social que ponga a la persona en el centro y que respete la dignidad de la persona.
Ya en 1999, la OIT señalaba que el trabajo decente debía contar con algunas características: la posibilidad de ejercer un trabajo productivo y obtener, de ello, un salario justo; seguridad en el trabajo y protección social para las familias; mejores perspectivas de desarrollo personal y social; la integración, la igualdad de oportunidades, la libertad de opinión, de organizarse y de participar en las decisiones que afectan sus vidas. En este día tan importante, la JOC no puede dejar de recordar, en nombre de la dignidad de la persona, las palabras de Cardijn: "Cada joven trabajador vale más que todo el oro del mundo, porque es el Hijo de Dios".
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