Somos realmente la primera generación capaz de acabar con la pobreza? Es cierto que otro mundo es posible? Los movimientos altermundistas así lo aseguran. En este cuaderno, José Laguna, teólogo y músico, les advierte que, para ello, necesitarán conformar una propuesta ideológica y política. Y la tradición del cristianismo, con su pedagogía ética, constituye una sabiduría y una aportación que, según el autor, no debería ser ignorada por estos movimientos.
El autor es consciente de que la oferta cristiana no es siempre bien recibida por parte de los movimientos sociales, ya que “existe el temor de que llegue con la exigencia de adhesión a dogmas e instituciones eclesiales”. Por ello, en este cuaderno, Laguna propone mostrar el potencial utópico del cristianismo, liberándolo del corsé interpretativo de una lectura confesional. Y lo hace a partir del relato del Buen Samaritano, una parábola que forma parte del patrimonio literario y ético de la humanidad, y que nos propone una “hoja de ruta” para el ejercicio de la solidaridad, tremendamente significativa para los actuales movimientos de resistencia global.
Este itinerario pasa por tres momentos fundamentales: hacerse cargo, cargar y encargarse de la realidad. Esto quiere decir, en primer lugar, ver la realidad tal como es y saber interpretarla, teniendo en cuenta que nuestra sociedad tiende a invisibilizar los excluidos. El segundo momento es el de la reacción: ante la realidad de las personas que sufren la respuesta no puede ser otra que compadecernos y tratar de paliar su sufrimiento. Y después del momento “asistencial”, tiene que haber un momento estructural y político: cuestionar un modelo que genera exclusión y situaciones de injusticia, y hacer algo para cambiarlo.
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