"Ignorar a los pobres es despreciar a Dios" Francisco

viernes, 14 de octubre de 2011

PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN ALICANTE

Delegación de Acción Social y Caritativa
Diócesis de Orihuela-Alicante

Somos corresponsables y no sólo observadores de lo que acontece. Los católicos entendemos el mundo como el lugar salido de las manos de Dios y donde somos enviados por Él a construir con otros la ciudad del hombre.

Lo dice bellamente un himno de la Liturgia de las Horas:

Nos señalaste un trozo de la viña
y nos dijiste: «Venid y trabajad».
Nos mostraste una mesa vacía
y nos dijiste: «Llenadla de pan».
Nos presentaste un campo de batalla
y nos dijiste: «Construid la paz».
Nos sacaste al desierto con el alba
y nos dijiste: «Levantad la ciudad».
Pusiste una herramienta en nuestras manos
y nos dijiste: «Es tiempo de crear».

Por eso, una de las cosas que más sorprenden en la actual situación de crisis social, cultural, económica y laboral de nuestra provincia de Alicante (más de 210.000 desempleados) es la práctica ausencia de reacción y participación; como si no estuviera pasando nada. «Predomina la resignación, el desánimo y una supuesta aceptación de la imposibilidad de cambiar las cosas y, por tanto, la búsqueda de soluciones individualistas del tipo ‘sálvese quien pueda.’» (Benjamín Bastida, Crisis, ¿un final por escribir?, Cristianisme i Justícia nº 173, pág. 19). 


En ese ambiente de apatía y pasividad, ha llamado mucho la atención el nacimiento y las primeras acciones (manifestaciones, concentraciones …) del autodenominado movimiento «Democracia Real Ya» o movimiento «15 de Mayo». Su existencia pone de manifiesto que hay muchos motivos objetivos para la indignación y la movilización; pero al día de hoy se desconoce si esta «plataforma horizontal, asamblearia y abierta» tiene vocación de continuidad y si encontrará cauces adecuados para articular sus propuestas.

Tenemos la impresión de que la «participación» es un valor democrático y cristiano insuficientemente cultivado. «De acuerdo con el principio de subsidiariedad, ella (la Iglesia) desea y trata de promover una más rica y diversificada participación de las personas y de los cuerpos intermedios en las decisiones que a todos afectan» (Conferencia Episcopal Española, Moral y Sociedad Democrática, MSD, 40, 14 febrero 1996). 

Cuando hablamos de ‘participación ciudadana’ nos referimos básicamente a la implicación e integración de las personas y de los cuerpos intermedios en la adopción de decisiones que afectan al conjunto de la sociedad. El objetivo que persigue la participación de los ciudadanos en los asuntos públicos es ampliar la democracia, avanzando en lo que se conoce como ‘democracia participativa’. La participación ciudadana es un buen termómetro de la temperatura democrática de una sociedad. La participación persigue que los ciudadanos sean cada vez más sujetos sociales, con más capacidad de intervención y transformación de su realidad (cf. Participación ciudadana, Tomás Alberich Nistal, en Diccionario Crítico de Ciencias Sociales, Madrid, 2002). 

«(La participación) se expresa, esencialmente, en una serie de actividades mediante las cuales el ciudadano, como individuo o asociado a otros, directamente o por medio de los propios representantes, contribuye a la vida cultural, económica, política y social de la comunidad civil a la que pertenece. La participación es un deber que todos han de cumplir conscientemente, en modo responsable y con vistas al bien común» (Compendio Doctrina Social de la Iglesia, 189). 

De la introducción al documento PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN ALICANTE
Bájatelo AQUÍ

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