Colegas, que esto ya se acaba
Hoy domingo 26, mañana avión y el martes en la España
de nuevo ¿Qué os cuento?
Esta semana ha tocado Ruanda el país de las mil
colinas, el país (los otros también) de tanta masacre y genocidio. Me dicen que
130.000 personas están en la cárcel por estos motivos a parte de las que ha
escapado por los países vecinos. Hace 18 años y todavía…
Estamos dándole una vuelta al país, que no es tampoco
muy grande pero con tanta colina y montañas para nosotros después de un rato de
admirar paisaje se traduce en curvas y vueltas, ya que vamos en los autobuses
del lugar, la mayor de las veces furgonetas Toyota con unas veinte personas
dentro “asardinadas”. Muchas horas.
Digo vamos, porque somos
tres los compañeros de esta semana, de esta vuelta a Ruanda.
Os los presento:
Innocent, de difícil apellido, Rudahangawa de la
segunda ciudad del país, Butare, al sur. Trabaja como secretario del Comité
Nacional del Movimiento de Trabajadores Cristianos de Ruanda. Es el que nos ha
guiado, llevado a cinco o seis zonas del país a reunirnos con los colectivos de
trabajadores que hemos visitado. Un buenazo, que conoce como nadie estos
colectivos.
La otra persona del trío se llama BETINA, un
encanto. Ecuatoriana de Alemania, Secretaria del Movimiento Mundial
de Trabajadores Cristianos (MMTC) de la que no tenía ni idea de que iba a
coincidir aquí. De alguna manera yo me he aprovechado de esta circunstancia y
hemos hecho esta semana juntos.
Elaborando jabón. |
Hemos visitado unos diez grupos de MTCR en su mismo
lugar de trabajo, casi nunca fácil de llegar. En autobús de los de aquí, a dos,
cuatro o seis horas de viaje, Con frecuencia a llegar a la orilla de la
carretera había que coger moto taxi para llegar a la comunidad, camino de
tierra y de colina. Hemos tenido reuniones claro con traducciones al francés en
campos de arroz, en las plataneras, en campo pedregoso de ananas –piñas. Hemos
hecho jabones con ellos, hemos estado en carpinterías, probando la cerveza de
plátano modo tradicional. Hemos visto el trabajo comunal con el trigo, las
patatas, recogida de hojas de té. Hemos hablado y hemos rezado con ellos. Hemos
visto las difíciles condiciones de vida de estas poblaciones, los acarreos el
agua ¡ay los niños! Todo cuesta arriba. Hemos visto su esperanza en mejorar,
aunque sea poco a poco, su cariño por la visita que le hacíamos,
sus atenciones, sus saludos, sus abrazos. El sentido internacionalista,
que en otras partes del mundo estamos en el mismo asunto. Primero ellos nos
decían sus nombres, nos enseñaban sus trabajos, nos explicaban cómo
estaban organizados, como funcionaban, pero enseguida querían saber la
experiencia de otros lugares y ahí tenéis a Manolo explicando eso de la
HOAC, el proyecto de vida, el compromiso, la formación…
Y hemos visto muchas cosas. La carretera da mucho de
sí.
Es temporada seca, pero esta casi todo verde. Es una
tierra fértil y casi toda la población trabaja en la agricultura, y vive
diseminada por los campos. Todo cultivo y lo que no eucaliptos. Hermosos los
cultivos en las vaguadas de las colinas, pero también zonas de plataneras y de
hojas de té hasta lo alto de las colinas.
Hemos visto algunos memoriales del genocidio a la
entrada de pueblos o en la orilla de la carretera. Hemos pasado por al lado de
un campo de refugiados congoleses.
Hemos pasado por una selva natural creo que más de cien kilómetros y hemos dado
un buen paseo por ella, Hemos disfrutado al lado del río Kivu, tocando
casi la frontera de enfrente: las poblaciones de Congo. Hemos estado muy cerca
de parque de los Gorilas Virunga Mountains, de espaldas plateadas, montañas y
volcanes de 3.500 a 4.500m. de altitud, que hemos visto la silueta. Que
no hemos ido allí por no molestar a estos gorilas, porque era muy alto, porque
era muy caro, etc. O sea que a una distancia prudencial hemos les hemos
saludado…
Hay mucha gente, mucha población, mucho niño,
los caminos a toda hora llenos, las estaciones de autobuses, siempre llenas, un
lío con gente para todos los lados. Los mercados un trajín, cosas
chinas, pero menos que en otros países. Móviles, muchos móviles, todo el mundo,
a toda hora. Las bicis y las motos, y en especial las moto-taxis se llevan el
premio de este repaso. No hemos visto burros ni caballos, ni carros, debe ser
por tanta cuesta arriba.
Premio a la limpieza, no hay bolsas de plástico, ni
restos por los caminos ni por los campos. Ciudades bastantes limpias
Los niños requieren escrito a parte, que no
haré. "A mí me da pena y me causa un respeto imponente"
Y claro como somos blancos (mushungo) no
sólo pasa que miramos nosotros, sino que viceversa, a nosotros también nos ven,
somos expectación, griterío de los niños, sonrisa de más mayores, a donde con
demasiada pesadez se dirige la mendicación, me parece que no tanta como en
otros países
Me da la impresión que es un país bastante colonizado…
aunque no sé bien que significa eso.
Escribo la última tarde. Espero que pueda enviarlo
porque no funciona muy bien el modem que me han dejado, debe faltarle dinero.
Lo grave es la insolencia con que uno viene país por aquí, esta una
semana y se permite opinar de todo. !Lo fácil que es equivocarse! Cuando recibáis
eso, una sonrisa y a la papelera de reciclaje.
Ya casi esto se acaba y el mes también se está
acabando. Uno que ahora necesita tiempo para ponerse en orden no me quedan
vacaciones casi. Aprovecho la ocasión, porque quizás alguno no sepa, para decir
que me han desjubilado (el nodespertador, las recetas, los
viajes del Imserso, etc. Una pena, una injusticia) y probablemente
comience, ahora a la vejez, a trabajar otra vez. “Nadie es tan viejo que no
pueda rebrotar” decía un cartel de los años felices de Requena.
Pues eso, a cuidarse y a cuidarnos mutuamente.
Manolo Semper
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