"Ignorar a los pobres es despreciar a Dios" Francisco

miércoles, 15 de mayo de 2013

La Iglesia, permanente Pentecostés

El Espíritu Santo nos hace testigos de la fe en el mundo
TESTIGOS DE LA FE EN EL MUNDO
 
MONS. JESÚS MURGUI. En el Año de la Fe la celebración de Pentecostés es circunstancia especialmente oportuna para tomar conciencia de la acción del Espíritu Santo en nosotros, que desde el don de la fe, nos hace capaces de comprender todo lo transmitido por el Señor, de recordar su enseñanza y poder actuarla en la vida, así como de vivir la presencia y acción salvadora del Señor Jesús y la fuerza de su amor, capaz de unir gentes diversas en su Iglesia, a las que, a la vez capacita para dar testimonio de la Verdad en todas las épocas y en todos los confines de la tierra. Obra única la del Espíritu Santo, a Quien en tiempos de especial necesidad debemos dirigir no sólo nuestras súplicas, sino nuestra más profunda y sentida acción de gracias.

Él cumple con su constante presencia y acción la promesa hecha por el Señor Jesús de que el Padre nos lo enviaría para culminar y perpetuar su obra de Salvación de la Humanidad.

Desde hace años la Solemnidad de Pentecostés ha sido marco adecuado para celebrar el día de la Acción  Católica y del Apostolado Seglar, recordando la especial tarea de los laicos cristianos de ser testigos del Evangelio con su compromiso activo en el seno de las realidades sociales.

Especialmente en las presentes circunstancias de crisis social, económica y de fe, nuestro laicado debe seguir dando repetidas muestras de entrega a favor de los más necesitados, y así debe seguir actuado de modo creciente en tiempos donde la fe se ha de transformar, día a día, en amor solidario y comprometido. Además de cuidar intensamente la alegría de creer y de dar testimonio de la fe en el mundo, unida a una tarea permanente de transmitir la fe especialmente en el seno de nuestras familias, del mundo educativo y de la cultura. Así mismo, desde hace algún tiempo, desde la fortísima incidencia de la inmigración en nuestro país, la gran presencia entre nosotros de hermanos católicos venidos de otras tierras y culturas, hacen que Pentecostés sea marco sugerente para celebrar la riqueza que con ellos el Señor ha dado a nuestras comunidades, valorando la unidad católica, desde esa variedad que enriquece nuestra Diócesis. En nuestras tierras de Orihuela-Alicante esta realidad es patente, y en este día, invocando al Espíritu Santo, os animo a todos a que abramos el corazón y la mente a la catolicidad, a que nos sintamos felices por ser católicos, universales, y a que practiquemos la integración, supliquemos el gozo de la unidad católica, trabajando en el seno de unas comunidades ricas, variadas, misioneras, bien unidas en una misma fe, por un mismo amor, que nos da el Espíritu Santo que nos hace una única Iglesia. Su Iglesia.

En la culminación de la Pascua, en Pentecostés, mi afecto y bendición.

+ Jesús Murgui Soriano
Obispo de Orihuela-Alicante

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