"Ignorar a los pobres es despreciar a Dios" Francisco

martes, 31 de diciembre de 2013

EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA...

...O de la reconciliación con Dios, con nosotros mismos y con todos.
 
Vemos normal la revisión de nuestro vehículo cada cierto tiempo. También vemos muy conveniente la revisión médica cuando no nos sentimos bien. Y cuando tenemos cualquier problema psicológico, no dudamos echar mano del psicólogo o del psiquiatra. La vida, las cosas, la naturaleza requiere un cuidado. Seguramente dedicamos todas las semanas unas hora a limpiar y ordenar nuestra casa, a lavar nuestra ropa, además de lavarnos y asearnos todos los días. Pero, si algo hemos de cuidar es nuestra vida personal y la de las personas que nos rodean, a todos los niveles y en todos los aspectos. También vemos claro que nosotros solos/as no nos podemos cuidar en todos los aspectos y necesidades. Necesitamos de los otros, y de personas que tengan una preparación para ayudarnos. Es verdad que nos cuesta afrontar nuestros problemas, nuestras enfermedades, y nuestros fallos, sobre todo cuando afectan a vivencias profundas e íntimas de nuestra vida, y, más todavía, cuando, en la solución de nuestros problemas personales, ha de intervenir otra u otras personas. Pero, los problemas y las enfermedades, sólo se solucionan reconociéndolos, aceptándolos, afrontándolos, no ignorándolos, y, en muchas ocasiones, compartiéndolos. Parece una cosa clara, repetimos, que, para avanzar, clarificarnos y crecer, necesitamos de los otros.
Para afrontar y curar los problemas y heridas más profundas de nuestra vida, nos ha dejado Jesús el sacramento de la Penitencia. Este sacramento se ha celebrado de muy diversas maneras a través de la historia. Hoy también se celebra de distintas maneras. De una forma u otra, en todas las celebraciones, queda claro que Dios, cuando reconocemos nuestros fallos y volvemos a él,  nos ofrece su perdón y celebra una fiesta, y que, reconciliarnos con él, es también reconciliarnos con la comunidad y con todos. Y también se ve que Dios nos da su perdón a través de la comunidad. Nos encontramos con Dios a través de nosotros mismos, de las otras personas y de la comunidad. Es muy importante reconocer, verbalizar, compartir aquello que nos esclaviza o que nos daña, como el enfermo/a que va al médico y expresa, verbaliza y comparte lo que le pasa.

Lo primero que hemos de pensar es que, este sacramento, más que una obligación, es un don, una oportunidad que se nos ofrece, que responde a una necesidad nuestra. La Iglesia sugiere que lo hagamos una vez al año. Pero miremos más el don de Dios y nuestra necesidad, que la normativa de la Iglesia, que tampoco viene mal.
Hay otra cosa a tener en cuenta. La Iglesia recomienda que, a la hora de recibir este sacramento, escojamos el sacerdote que mejor nos puede escuchar y comprender, el que nos merezca más confianza, el que, según nosotros, mejor puede expresarnos y manifestarnos el perdón y el amor de Dios, no el que nos dé la razón en todo, aunque, cuando no encontramos el “sacerdote ideal” para nosotros, está claro que Dios nos ofrece su perdón a través de cualquiera de ellos, porque el perdón no nos viene del sacerdote sino de Dios aunque sea a través de una persona igual que nosotros.
Tenemos varias cosas para afrontar la realidad de nuestra vida: La formación, la reunión de nuestro grupo, la Revisión de Vida, el Cuaderno Vida… Otro medio que Dios nos ofrece para aquilatar, renovar, y curar las heridas de nuestra vida es el sacramento de la Penitencia, que, en los grupos donde tenemos confianza, se puede celebrar de forma comunitaria, adaptada a la realidad de las personas que lo forman.
Cuando vienen fiestas importantes, solemos hacer una buena limpieza de nuestra casa, a veces hasta la pintamos. No vendría mal que, también, en las fiestas importantes, renováramos nuestra vida a través del sacramento de la Reconciliación. Claro está que, todo esto, supone nuestra fe en Jesús, la aceptación de su mensaje y nuestra pertenencia a la Iglesia, como era el caso de Guillermo Rovirosa.
 
José Lozano
Consiliario diocesano de la HOAC

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