El
pasado 14 de diciembre, en la Plaza del Congreso Eucarístico de Elche,
militantes de la Acción Católica de Orihuela-Alicante hemos realizado un gesto de solidaridad con las personas que
más padecen la crisis y de denuncia de esta situación que ha provocado
situaciones desgarradoras para personas y familias enteras. Este gesto ha
querido ser expresión del compromiso que
la Iglesia, a través de los hombres y mujeres de la Acción Católica, mantiene con estas personas y la situación
que padecen.
Muchos
militantes de la Acción Católica hemos tenido que replantearnos nuestro compromiso
ante el agravamiento de nuestra situación social, donde tanta personas se ven
privadas de su derecho a un trabajo decente; a la vivienda, atención sanitaria,
a una educación de calidad, mientras una minoría acumula grandes riquezas, y la
pobreza afecta cada vez más a personas de nuestro entorno, a quienes podemos
poner nombre y apellidos y que han sido víctimas de una acción política alejada
de los problemas de la gente, que no tiene a la persona como centro a la hora
de organizar la vida social y la ciudadanía ha perdido la capacidad de defensa
de sus derechos.
Para
intentar contrarrestar esta situación es
imprescindible la formación política de las personas y de las distintas
organizaciones sociales que ayude a discernir sobre lo que sucede y por qué
sucede, desde una serie de valores y principio éticos.
Ya el
Concilio Vaticano II nos hablaba de ello, pero ahora el Papa Francisco nos
dice: “La crisis es resultado del
capitalismo salvaje”, por ello la Acción Católica de Orihuela-Alicante
no puede callar y queremos ofrecer nuestra reflexión sobre estos hechos,
aportando testimonios reales de personas privadas de derechos fundamentales,
para suscitar la toma de conciencia, rebeldía y reacción organizada ante tanta
injusticia. (Para bajarse la reflexión AQUI)
En
concreto, queremos ayudar a discernir
desde el Evangelio y desde la Doctrina Social de la Iglesia, por qué hemos
llegado a este nivel de desprestigio y desafección de la acción política.
Pero lo más importante es. Cómo hemos de situarnos para colaborar en que algún
día sea posible el alumbramiento de otra manera de hacer las cosas, donde la
persona sea lo primordial.
El
gesto realizado por la Acción Católica es una invitación a vivir la solidaridad y la fraternidad con todas las
personas, especialmente con los empobrecidos, desde la encarnación en
política que para nosotros supondrá una nueva manera de vivir, compartiendo
nuestros bienes, desarrollando una pastoral atenta a la realidad del trabajo y
de las personas más desfavorecidas con nuestro compromiso social personal y el
de nuestra comunidad o movimiento.
El
Santo Padre nos dice: “Involucrarse
en la política es una obligación para un cristiano”; así pues,
seamos nosotros, la levadura que se
mezcla en la masa (Lc 13,21) y que nuestro testimonio sirva a nuestros
hermanos para ser “sal de la tierra” (Mt 5,13) y “luz del mundo” (Mt 5,14).
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