Son personas anónimas, lo
mismo están en la Plataforma por el 0,7%, que en la de Pobreza Cero o en la PAD
(Plataforma Anti Desahucios), qué tienen su dinero en la Banca Ética (Tríodos,
Fiare), participan en diversas ONGs (Amnistía Internacional, Karit, Proclade),
compran en el Comercio Justo, apoyan los productos ecológicos, en verano
colaboran con su presencia en países del Tercer Mundo y acuden a todas las
manifestaciones y concentraciones por una sociedad más justa. Son cristianos de
compromiso personal y colectivo, voluntarios en la cárcel, con los enfermos,
acompañan a los extranjeros, visitan los barrios, se presentan en las
Asociaciones de Vecinos, en las AMPAS de los colegios…
Desde su comunidad de vida,
su celebrar la eucaristía, han comprendido que es preciso estar con los más
débiles. Claman porque “la persona sea lo primero”, el trabajo sea digno y se
acaben los recortes en educación y sanidad. En la propia Iglesia, su casa,
piden más participación de los laicos, unas celebraciones más cercanas, una
parroquia que sea casa y cosa de todos. Les encanta el nuevo Papa y recuerdan
que en el Encuentro Mundial de Movimientos Populares, celebrado a finales de
octubre de este año, el Papa Francisco decía: “Esto no responde a una
ideología. Ustedes no trabajan con ideas, trabajan con realidades, tienen los
pies en el barro y las manos en la carne. ¡Tienen olor a barrio, a pueblo, a
lucha! Queremos que se escuche su voz que, en general, se escucha poco. Tal vez
porque molesta, tal vez porque su grito es incomodo, tal vez porque se tiene
miedo. Es extraño que si hablo de tierra, techo y trabajo, para algunos resulta
que el Papa es comunista. No se entiende que el amor a los pobres está en el
centro del Evangelio. Tierra, techo y trabajo, eso por lo que ustedes luchan,
son derechos sagrados. Reclamar esto no es nada raro, es la Doctrina Social de
la Iglesia”.
Dentro de la propia Iglesia
y de la sociedad, por defender y proclamar la Doctrina Social de la Iglesia, no
pocos de ellos: sacerdotes, religiosos/as y laicos/as han sido tildados de
comunistas, revolucionarios, rebeldes, díscolos, progres, molestos, herejes,
desobedientes, soberbios, rojos… y señalados con el dedo, algunas veces han
sido avergonzados, desacreditados, orillados. Puede que no lleguen a realizar
grandes transformaciones, son minoría, pero siguen en la lucha.
Es tiempo de valorar su
esfuerzo, aunque ellos nunca quieran reconocimientos, sino ser respetados en
sus decisiones legitimas, en lo que leen en el Evangelio, en su manera de
entender la justicia, la caridad política, el bien común, el destino universal
de los bienes, la participación, la solidaridad… que son los principios de la
Doctrina Social de la Iglesia. Nos recuerdan a todos que “otro mundo es
posible”, y a eso: lo llamamos Reino.
Cerca de mi tengo unos
cuantos y me alegro. Me motivan a tomarme en serio mis compromisos,
desestabilizan mis seguridades, aciertan a decirme que Dios es desconcertante,
arriman el hombro y muestran y traen el rostro de lo que está pasando en los
diferentes ambientes. Son “ellos”… y tienen nombres. Gracias, lo vuestro es
Adviento (tiempo de esperanza), prepara el nacimiento del HOMBRE NUEVO. ¡FELIZ
NAVIDAD A TODOS!
Martes, 16 de diciembre de
2014
Julio César Rioja, cmf
Párroco de San Francisco de
Sales y consiliario de la HOAC Elda (Alicante)
Publicado en http://www.ciudadredonda.org/articulo/a-ellos-por-navidad
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