La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) muestra su preocupación por los casos de sindicalistas encausados y condenados por ejercer el derecho de huelga, que convierten, de facto, un derecho inalienable de los trabajadores y de las trabajadoras en una práctica penalizada.
La Comisión Permanente de la HOAC se solidariza con los actos que mañana, 19 de febrero, han sido convocados en nuestro país por las organizaciones de trabajadores contra la criminalización del derecho de huelga.
Como trabajadoras y trabajadores cristianos, preocupados por las agresiones a los derechos sociales y laborales de las personas y las familias, recordamos el mensaje de la Iglesia sobre el derecho a huelga y sobre los sindicatos:
«La huelga es una de las conquistas más costosas del movimiento sindical (…) La doctrina Social de la Iglesia reconoce la legitimidad de la huelga «cuando constituye un recurso inevitable, si no necesario para obtener un beneficio proporcionado», después de haber constatado la ineficacia de todas las demás modalidades para superar los conflictos.
El Magisterio reconoce la función fundamental desarrollada por los sindicatos de trabajadores, cuya razón de ser consiste en el derecho de los trabajadores a formar asociaciones o uniones para defender los intereses vitales de los hombres empleados en las diversas profesiones. Los sindicatos “se han desarrollado sobre la base de la lucha de los trabajadores, del mundo del trabajo y, ante todo, de lo trabajadores industriales para la tutela de sus justos derechos frente a los empresarios y a los propietarios de los medios de producción”» (CDSI, 304-305)
La HOAC queremos resaltar la importancia de defender el derecho de huelga. A la vez, mostramos nuestro más absoluto rechazo a la criminalización de las actuaciones de hombres y mujeres sindicalistas que desarrollan pacíficamente su labor de defensa de los derechos de los trabajadores y las trabajadoras y de la mejora de sus condiciones de trabajo.
Nuestra fe en Jesucristo nos hace luchar por una sociedad justa, fraterna y sostenible y entendemos que el movimiento sindical, con sus luces y sombras, sigue haciendo una aportación ineludible para hacer avanzar hacia la justicia social y el bien común.
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