La
Comisión Permanente de la HOAC se suma a esta campaña y apoya los actos que
culminarán con una movilización el próximo 20 de junio, día mundial de las
personas refugiadas.
En
continuidad con las distintas declaraciones realizadas en este ya largo proceso
de inacción política y de continuo drama de las personas refugiadas, la
Comisión Permanente de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) se adhiere, conjuntamente con otras
organizaciones, al manifiesto #SOSRefugiados que señala: «Las políticas europeas de migración y asilo,
lejos de dar una respuesta solidaria, basada en el respeto a los derechos
humanos de las personas migrantes y refugiadas, han puesto en grave riesgo las
vidas de miles de personas, muchas de ellas mujeres y niños, convirtiendo el
mar Mediterráneo en la mayor fosa común en el mundo donde han muerto más de
25.000 personas en los últimos 15 años.
El pasado
18 de marzo, los líderes europeos firmaron una declaración con Turquía que,
además de ser vergonzosa e ilegal, pone en un mayor riesgo a estas personas
justificando su devolución a un país como Turquía que ha demostrado que no
garantiza los derechos humanos y la adecuada protección que merecen.
Este
acuerdo vulnera la Carta Internacional de Derechos Humanos, la Carta de
Derechos Fundamentales de la UE, el Convenio Europeo de Derechos humanos y la
Convención de Ginebra para los Refugiados, así como diferentes Directivas
europeas en materia de asilo. Un acuerdo que propicia el naufragio de la Europa
social, abandonando los valores y los principios que configuran Europa como un
espacio común de libertad, seguridad y justicia, fundada sobre los valores de
la dignidad humana, la libertad, la igualdad y la solidaridad a los que se
refiere el Preámbulo de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea.
Además,
el acuerdo utiliza a las personas refugiadas como moneda de cambio que responde
a intereses económicos y geoestratégicos y no a la protección a la que
legalmente tanto la UE como Turquía están obligadas a garantizar. Hacer de las
personas refugiadas una mercancía para el intercambio económico es inhumano,
ilegal e intolerable. El acuerdo convierte a Turquía en un gendarme que se suma
a la creciente militarización de las fronteras europeas.
La Unión
Europea, lejos de ser un ejemplo de solidaridad y actuar conforme a los valores
que fueron el cimiento del proyecto europeo, sigue impulsando recetas que han
fracasado en el pasado y han provocado miles de muertes. El acuerdo, unido a
las medidas adoptadas unilateralmente por los estados miembros que dificultan o
impiden la entrada en su territorio de solicitantes de asilo, no aportan una
solución y provocarán la apertura de otras vías más peligrosas y costosas para
las personas refugiadas como la del Mediterráneo Central que es la más mortal
del mundo.
Por todo
ello, las organizaciones firmantes exigen:
A LA
UNIÓN EUROPEA Y A SUS ESTADOS MIEMBROS
► Cambiar el enfoque de las
políticas de migración y asilo poniendo en el centro a las personas y a sus
derechos.
► Cumplir la legalidad europea e
internacional. Retirar el acuerdo de la UE y Turquía.
► Habilitar vías legales y
seguras para que las personas refugiadas no tengan que arriesgar su vida en
peligrosas rutas.
► Debe garantizarse,
especialmente, que las mujeres no estén sometidas a violencia sexual y de
género, y que los menores y las personas con diversidad funcional reciben la
protección adecuada.
► Garantizar una acogida digna y
adecuada protección que incluya la atención sanitaria y respeto a los Derechos
Humanos así como cumplir los compromisos asumidos en este sentido, habilitando
los presupuestos y los recursos acordes al desafío humanitario fruto de las
guerras y desigualdades.
► Garantizar la protección de
las organizaciones y personas que apoyan a la población refugiada. La
complejidad de la situación hace que su trabajo sea absolutamente necesario y
debe ser complementario al que las instituciones europeas están obligadas a
realizar.
► Deben combatirse activamente
los discursos y narrativas xenófobas. Las consecuencias de no hacerlo pueden
ser muy peligrosas para la construcción de la necesaria convivencia y cohesión
social en Europa.
► Incorporar en las políticas
migratorias a nivel europeo el objetivo de la gestión de las nuevas fronteras
invisibles que se están generando en nuestras ciudades y en nuestros barrios,
con una apuesta decida por la construcción de convivencia y diálogo intercultural.
► Finalizar la militarización de
la zona que puede derivar en conflictos aún más complejos con gravísimas
consecuencias para la población. Apostar por una política europea y
presupuestaria común que de apoyo a la situación de refugiados y migrantes.
AL
GOBIERNO ESPAÑOL
► Retirar su apoyo al acuerdo de
la UE-Turquía e instar a su retirada definitiva por parte del resto de los
Estados de la Unión Europea.
► Agilizar la acogida de
personas refugiadas a través de los programas de reasentamiento y reubicación.
► Reforzar el sistema nacional
de acogida a refugiados de manera acorde a la evolución de las necesidades con
los recursos, número de plazas y presupuesto necesario.
► Respetar escrupulosamente los
derechos humanos en la frontera sur (específicamente en las fronteras de Ceuta,
Melilla, Canarias y la costa marroquí) y en el resto de las fronteras europea.
► Velar por que el conjunto de
actores políticos, económicos y sociales no empleen mensajes de carácter
xenófobo, discriminatorio o racista hacia la población migrante y refugiada que
puedan contribuir a la generación de prejuicios y actitudes racistas o
violentas hacia dichas personas.
► Llevar a cabo acciones
específicas de información y sensibilización de la opinión pública española
sobre la situación de emergencia actual y sus causas, contando con el conjunto
de actores de la sociedad civil que trabajan con población refugiada tanto en
España como en los países de origen.
► Reforzar la política de
integración con un plan de barrios que apueste por la convivencia, el dialogo
intercultural, la gestión positiva de la diversidad y la lucha contra el
racismo y la xenofobia.
► Incrementar los fondos para
ayuda humanitaria y ayuda al desarrollo sin utilizar los fondos de cooperación
internacional como compensación o incentivo al control de fronteras ni
destinarlos a la atención de personas solicitantes de asilo y refugio en
Europa. La atención de estas personas debe garantizarse con fondos específicos,
suficientes y sostenidos en el tiempo.
► Defender una postura en las
instituciones europeas, que sea reflejo del sentir de la sociedad española, y
que, por tanto, defienda el cumplimiento de la legalidad y el respeto a los
derechos humanos de las personas migrantes y refugiadas.»
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