"Apostamos por dejarnos tocar por el pueblo y su vida"
"Consideramos imprescindible volver al espíritu del Concilio Vaticano II"
En Los Negrales (Madrid), convocados por la Federación de los Movimientos de Acción Católica, presididos por el Obispo consiliario, D. Carlos Escribano, y acompañados por el Secretario General y los presidentes de dichos movimientos, se han reunido sacerdotes y consiliarios de distintas diócesis españolas los días 10 y 11 de abril.
El encuentro se planteaba como tema central un aspecto relativo a la nueva evangelización: "El evangelizador evangelizado y situado" y su objetivo era buscar pistas de profundización y acción para capacitar lo mejor posible a la persona del evangelizador para la tarea a la que es enviado en este momento eclesial, religioso, cultural y social que nos está tocando vivir.
Las reflexiones han estado acompañadas por expertos tanto en la evangelización como en el quehacer pastoral: D. Antonio Bravo Tisner, sacerdote diocesano y miembro del Prado, iluminó bíblicamente las claves fundamentales en orden a ahondar en el Evangelio para poder transmitir la fe y acompañar para descubrirla;
D. Pedro José Gómez Serrano, laico cristiano presente en el quehacer universitario y en la pastoral de diálogo con la cultura y la sociedad de hoy, mostró las características que determinan y configuran la realidad actual, así como las brechas abiertas por las que el Evangelio puede mostrar la riqueza de la Buena Noticia y ser motivo de esperanza, consuelo y ánimo para el hombre de hoy.
El trabajo en grupos, para contrastar con las propias experiencias de vida pastoral ministerial, sirvió para la búsqueda de pistas de acción en el ejercicio del ministerio para dejarse evangelizar y situarse con acierto en el hoy del mundo y en sus necesidades más importantes.
Tras los análisis y descubrimientos más básicos de la realidad de la que partimos en orden a evangelizar en la actualidad, se abrió una mesa de experiencias en la que dos sacerdotes, representativos del mundo rural y urbano, Francisco Maya y César Caro, de Mérida - Badajoz, así como un militante laico de un movimiento especializado, Manolo Copé, de Alicante, abrieron con su testimonio el cauce de la búsqueda de líneas de acción para poder avanzar en una nueva evangelización abierta a la creatividad y a la originalidad de la verdad que siempre es novedosa.
Así se llegó a conclusiones clarificadoras que ayudan a situarse en el momento presente y que posibilitan el ser evangelizados en la propia vida, situarse y encarnarse en el hoy, así como buscar la creatividad y la originalidad que permiten el verdadero encuentro con los hombres en orden a servirles y entregarles el tesoro que nos ha sido encomendado para que todos tengan vida en abundancia.
Las pistas que se han suscitado y se han compartido quedaron recogidas en un escrito-manifiesto con el deseo de poder compartirlo y expresar el compromiso de seguir avanzando en este discernimiento que nos ayuda a ser fieles al Evangelio y a los hombres, siéndolo así también a la Iglesia y al mundo.
El encuentro, ya tradicional, ha vuelto a ser lugar de amistad y diálogo de más de cincuenta sacerdotes de diferentes diócesis, de celebración de la Pascua y de animación compartida que requiere continuidad en orden a buscar caminos nuevos de evangelización al hilo del sentir de la Iglesia y del próximo sínodo de obispos. (Religión Digital)
Manifiesto
Sacerdotes y consiliarios de los distintos Movimientos de Acción Católica de las diócesis españolas, junto al Secretario General y a los presidentes de dichos movimientos, presididos por el obispo consiliario de Acción Católica, nos hemos encontrado en Los Negrales (Madrid) para reflexionar en torno a la Nueva Evangelización, acerca de "El evangelizador evangelizado y situado". Contando con el análisis iluminador de expertos en temas de evangelización y de pastoral en el "hoy" que vivimos, hemos buscado pistas de acción para caminar con esas claves fundamentales que hoy son necesarias para poder adentrarnos en el ejercicio del ministerio sacerdotal y propiciar la nueva evangelización que proclama la Iglesia como necesaria y de la que nos hablan los trabajos previos del próximo sínodo de obispos.
1.- "Evangelizadores evangelizados"
El trabajo de reflexión compartido, a la luz de las experiencias vividas por unos y otros, nos abre pistas de acción para el camino pastoral que pretende ser novedoso y original. Hemos descubierto que hoy más que nunca necesitamos "dejarnos evangelizar" por el momento en que vivimos. No podemos ni queremos olvidar que para Jesús, Nazaret fue el lugar de su maduración como hombre lleno del Espíritu, y desde ahí fue portador de su experiencia de Dios Padre para los hermanos; apostamos por dejarnos tocar por el pueblo y su vida, para experimentar a Cristo y conocer internamente sus sentimientos para poder vivir desde ellos el ministerio en medio de la comunidad; entendemos que para ello debemos activar las siguientes actitudes y medios:
--- Avivar y levantar nuestra mirada para ver la realidad aceptando e integrando creativamente los análisis y visiones que hacen otras instituciones del momento que estamos viviendo actualmente en la sociedad y en la cultura.
--- Plantear la necesidad de una conversión eclesial, personal e institucional, para conectar y poder llegar a la profundidad de las necesidades verdaderas de las personas, a sus gozos y tristezas, a sus dolores y fracasos así como a sus avances y logros.
--- Ensayar nuevos lenguajes para que el anuncio del evangelio se realice con planteamientos más vivos que realmente se acerquen a los que lo necesitan, desde el encuentro fraterno que posibilite la experiencia de Dios.
---Discernir y clarificar que la prioridad pastoral es la formación de apóstoles, que estará tocada de minoría, y que ha de caminar por procesos que les lleven a ser encarnados, con una verdadera espiritualidad y dispuestos para la acción. Esto sólo será posible si nosotros mismos vivimos con coherencia nuestra vida y testimoniamos opciones de este talante, y si priorizamos en nuestro quehacer ministerial tanto el anuncio como la presencia comprometida.
---Detectamos la necesidad y valoramos como fundamentales los espacios de fraternidad sacerdotal y con fieles laicos para compartir la lectura evangélica y creyente de la realidad que vamos tocando y viviendo en nuestra sociedad y comunidades, con el espíritu propio de la revisión de vida, profundizando en el estudio del evangelio, y configurando nuestros proyectos de vida en comunidad.
La realidad actual necesita frente al individualismo espacios y experiencias de fraternidad y comunidad eclesial, donde las personas de un modo paciente y no exento de ternura se sientan queridas, aceptadas, animadas y acompañadas por testigos de vida y no pastores-funcionarios.
La realidad actual necesita frente al individualismo espacios y experiencias de fraternidad y comunidad eclesial, donde las personas de un modo paciente y no exento de ternura se sientan queridas, aceptadas, animadas y acompañadas por testigos de vida y no pastores-funcionarios.
Reconocemos que en esta sociedad sin Dios hemos de avanzar en el descubrimiento de la sed y sus manifestaciones en aquellos que viven al margen de la fe, de la religión y de la trascendencia; necesitamos saber llegar a lo profundo de las personas y ayudarles a que ellos mismos se puedan encontrar con su interior y sus inquietudes en muchos casos dormidas, pero no muertas.
2 "Evangelizadores situados"
Sentimos el reto de estar adecuadamente "situados" en la realidad, para poder estar en la misma onda y hacer posible la comunión y el diálogo que impide el desclasamiento y la separación del ejercicio de un ministerio que ha de ponerse a los pies de la humanidad para poder servirle y ayudarle a encontrarse con la luz y la vida, con su verdadero sentido; eso supone despojarnos de las visiones negativas, adentrarnos con pasión en el momento y descubrir sus posibilidades desde la visión comprometida y positiva del evangelio, que siempre es buena noticia y que siempre se entiende como posible en todo lugar y circunstancia:
--- Consideramos imprescindible volver al espíritu del Concilio Vaticano II para entender que nosotros queremos una evangelización que sea proceso acompañado, presencia comprometida entre los hombres, participando de sus vidas y ambientes, con una actitud de participación y compromiso transformador junto a ellos sintiéndonos conciudadanos y hermanos en la construcción del mundo según el Reino.
--- No somos héroes, sino hermanos y sólo nos situaremos con verdad si sabemos partir desde nuestra propia "sed" y "necesidad" cuando vivimos nuestro sacerdocio en medio de los hermanos, desde nuestra propia humanidad.
--- Nos toca aceptar que no vamos a caminar ni en la masa ni en el éxito en medio de esta cultura y esta sociedad; pero no somos "residuo", sino "resto" elegido por Dios para llevar el agua viva de la alegría y de la esperanza.
--- Sabemos que nos movemos entre mentalidades distintas: tradicional, moderna, postmoderna, y con todas ellas hemos de dialogar y encontrarnos, sabiendo que todas tienen su punto de flexibilidad y blandura para el evangelio, en medio de la dureza y rigidez que aparentan.
--- Para servir en este momento no podemos dejar de desarrollar y purificar: el espíritu crítico y la capacidad de análisis en profundidad de lo que ocurre en el mundo, porque Dios nos habla desde el corazón necesitado de los hombres y desde ahí nos invita a repensar, recreer y recrear; el conocimiento de la doctrina social de la Iglesia y su anuncio vivo y pedagógico; la disponibilidad a entrar en los problemas actuales y sus consecuencias de dolor, ruptura y debilidad.
--- No queremos caer en la culpabilización que paraliza y roba la alegría y el ánimo para un actuar que debe buscar ser auténtico; sabemos que es mejor hacer menos pero que sea más significativo, que exprese una apuesta creativa y sea capaz de romper inercias y repeticiones rutinarias de más de lo mismo para no cambiar nada.
--- Hoy necesitamos más que nunca analizar qué es lo que ofrecemos y cómo lo hacemos; tenemos que presentar un contenido que realmente seduzca e ilusione por responder a lo que más se necesita en el corazón de los hombres, algo que sea claro, luminoso, alegre y esperanzador, que permita el sueño de la ilusión y del sentido de una vida entregada y compartida en comunidad, construyendo un mundo nuevo que es posible desde el Espíritu del Resucitado.
--- Si queremos estar vigilantes en el hoy eso requiere una pastoral de la acogida entrañable, que invite a la comunidad que reconoce e identifica, desde la calidez y la vitalidad.
En este camino de encuentro con la realidad humana, necesitamos recrear nuestra identidad ministerial en equipo y cuidarnos mutuamente.
PISTAS DE ACCIÓN PRIORITARIAS
Apostando por este deseo profundo de ser evangelizados y de vivir situados en la verdad de la realidad que nos ha tocado vivir y de la que formamos parte, nos sentimos llamados a cuidar aspectos que hemos descubierto muy importantes al encontrarnos y al haber compartido experiencias vivas de Pastoral; se nos han abierto pistas de acción por las que queremos transitar para ser fieles, en nuestro ministerio, a la Iglesia y al mundo, y en especial a todos aquellos a los que hemos sido enviados a servir y acompañar para que tengan vida y la puedan entregar a otros. Entre esas pistas queremos destacar las siguientes:
--- Necesitamos vivir y compartir en equipos de vida y fraternidad nuestro ser y quehacer: para hacer más posible en la fraternidad la búsqueda creativa y sosegada de ver compasivamente la realidad, escuchar juntos la palabra de vida, el evangelio, adentrarnos en la opción por la fraternidad en la misión, y arriesgarnos juntos en una misión que no es propiedad nuestra, sino don del Padre para que vivamos la unidad.
--- Favorecer espacios eclesiales que nos ayuden a entrar en la realidad con verdad y luz, sabiendo poner nombre a las necesidades más fuertes, explícitas e implícitas, en la humanidad y buscar los modos de acoger, acompañar y ofertar caminos que favorezcan la sanación, el sentido y la esperanza.
--- Revisar nuestra identidad y misión atendiendo al carácter de misión y envío desde el que hemos sido elegidos, analizar si estamos "saliendo" a los caminos de la vida y al encuentro de los que están en otras direcciones, y si la "misión" está en la priorización de nuestro quehacer, con presencia y acompañamiento en los ambientes y en aquellos que han de ser como levadura en medio de ellos.
--- Crear espacios de encuentro en la frontera, para dialogar con alejados y no creyentes; y al mismo tiempo ofrecer apoyo fraterno a quienes arriesgan dedicación y entrega en este servicio.
Valoración y redescubrimiento de la Acción Católica y todos sus movimientos en el espíritu de una pastoral que quiere ser misionera y salir a todos los caminos y ambientes. Se impone una relación y vinculación de misión y complementariedad en la única Acción Católica y en sus dos vertientes de general y especializada.
Valoración y redescubrimiento de la Acción Católica y todos sus movimientos en el espíritu de una pastoral que quiere ser misionera y salir a todos los caminos y ambientes. Se impone una relación y vinculación de misión y complementariedad en la única Acción Católica y en sus dos vertientes de general y especializada.
--- Queremos propiciar en los ámbitos de formación permanente del ministerio en nuestras diócesis actitudes de apertura y novedad para animarnos y potenciar el ensayo y la creatividad, con una visión positiva y esperanzada del momento que vivimos como oportunidad rica de nueva evangelización.
--- Consideramos fundamental en nuestra sociedad y sus crisis avanzar en la espiritualidad de ofrecer verdaderas alternativas que lleguen a la vida real en todo aquello que estructura y organiza tanto lo común como lo personal: la economía, el mundo del trabajo, la política, la cultura, el consumo, el tiempo libre, las relaciones, los medios de comunicación; deseamos posibilitar y ofertar, junto a otros, espacios fraternos y de solidaridad como vehículo de sanación y de buena noticia para los que más la necesitan.
Creyendo en la misión, en el trabajo compartido y apostando por este tipo de encuentro que nos anima y nos esperanza, nos comprometemos a seguir trabajando en esta dirección y a seguir reflexionando juntos, a la vez que buscaremos siempre compartirlo con otros hermanos para invitarlos a compartir el camino de una verdadera caridad pastoral de la Iglesia que en medio del mundo quiere ser auténtica, creativa y original como su Maestro y fundamento, al que anuncia en este tiempo pascual como el crucificado que ha resucitado y vive para siempre .
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