Tere Iribarren
Crisitianismo y justicia
Un Cuaderno que llama la atención por su pretensión arriesgada y poco corriente: enlazar argumentos teológicos, sociales y políticos.
Avisa que algunos lectores no se sentirán cómodos dado que hay dos lógicas que en la vida real casi nadie unimos y son bien necesarias para que la fe y la justicia no estén en total divorcio.
El enfoque teológico con el cual comienza, se centra en el relato de la eucaristía, y en ella va encajando los niveles que analiza: los derechos individuales: dignidad de la persona; los derechos culturales y socio- económicos: la construcción de un marco de convivencia, y los derechos políticos, como expresión de la ciudadanía.
Estamos muy lejos de valorar a la persona en toda su dignidad. Así se pone de relieve en las situaciones siguientes: la Ley de extranjería, la discriminación del mundo del trabajo, las dificultades del mundo de la migración.
El repartir, el partir, el distribuir la riqueza sería darle sentido al gesto de los cristianos de partir el pan, enraizado en la tradición más honda.
Este planteamiento lo desarrolla con habilidad y con rigor. Hay temas de gran interés por lo actuales y bien tratados. Es un Cuaderno que “rompe los muros que no son naturales, sino artificiales, que no son fijos sino cambiantes, que no son eternos sino caducos.”
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