CURSOS DE VERANO 2012
Algunos de los militantes de Orihuela-Alicante que asistieron a los Cursos de Verano |
De la Diócesis de Orihuela-Alicante hemos
participado una veintena de militantes. De forma especial han participado
Encarnita de Cox, que nos conto su experiencia en un proyecto de Caritas de
Cox, también Loles (de Callosa) presentó una ponencia en los cursos. La HOAC de
la Vega Baja pisa fuerte, un abrazo para las dos por su generosidad y entrega.
Los cursos han constado de dos jornadas:
Jornadas de Consiliarios y Jornadas abiertas (dirigidas a militantes y
simpatizantes).
Las Jornadas de Consiliarios, en un primer momento, han ayudado a los consiliarios a orar y
reflexionar desde la Palabra de Dios sobre cómo hacer realidad
hoy la opción de Dios por la justicia, y, en un segundo momento, han
profundizado sobre «Cómo
ser consiliario hoy desde nuestra realidad pastoral en la diócesis y en la
HOAC». Estas Jornadas han estado animadas por el consiliario general de la HOAC, y por tres consiliarios
de las diócesis de Sevilla, Madrid y Burgos.
Encarnita Cartagena en un momento de su intervención. |
Posteriormente, las Jornadas Abiertas han sido, en primer lugar, un
espacio de oración y discernimiento sobre el compromiso evangelizador de
los militantes en la precariedad del mundo obrero y del trabajo. Una meditación
ayudada por las experiencias de vida y acción de militantes de la HOAC y por la
reflexión: “Derechos y Justicia en Guillermo Rovirosa” ofrecida por un militante
de la diócesis de Sevilla.
En segundo lugar, estas Jornadas han sido un
tiempo de reflexión para la acción. Con la ayuda de Francisco Lorenzo, coordinador de Estudios de Desarrollo Social e Institucional
de Cáritas Española, hemos analizado con su reflexión, “La situación de injusticia ante el retroceso de derechos sociales”,
cómo incluso en los años de crecimiento económico la pobreza se mantenía, la
riqueza no se distribuía y había una merma en derechos. Esta situación se ha
agravado en estos cuatro últimos años de crisis, donde la pobreza se ha hecho
más extensa, intensa y crónica y donde se han debilitado los derechos sociales
básicos. Las políticas de recortes emprendidas están provocando que los
mecanismos de protección social se estén reduciendo y debilitando, generando
así más precariedad y exclusión. Los riesgos de ruptura de la cohesión social
son cada vez mayores.
Hemos compartido cómo en este contexto es
fundamental mantener la defensa y extensión de los derechos sociales de las
personas, incluidos los derechos laborales, ya que lo que está en juego es el
modelo de sociedad y la vida en ella de las personas, especialmente de las más
empobrecidas y vulnerables.
Posteriormente,
con la ayuda de José Ignacio Calleja,
profesor de Teología Moral Social de la Universidad de Vitoria, a través de su
reflexión: «La Iglesia, promotora de
justicia y defensa del mundo obrero sin derechos», hemos querido
preguntarnos por la aportación que la Iglesia debemos hacer ante esta realidad
de sufrimiento para tantas personas trabajadoras y para sus familias. Creemos
que es importante que como Iglesia ayudemos, desde el diálogo y el compromiso,
a plantear nuestra vida personal y social desde tres principios fundamentales
de humanidad que nos aporta el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia: 1)
La prioridad de la persona, ella es
“el primer capital que se ha de salvaguardar y valorar…” (Caritas in veritate, 25);
2) lo que supone reconocer la absoluta
prioridad de las necesidades y derechos de los empobrecidos, reconocimiento
que sólo se puede concretar en la promoción de la justicia y; 3) esos dos
principios significan orientar las decisiones y la política dando preferencia a las necesidades de los pobres
sobre los deseos de los ricos; los derechos de los trabajadores, sobre el
incremento de los beneficios. (Juan Pablo II)
Loles Gambin durante su exposición. |
Hemos compartido que sólo así una sociedad
avanza en humanidad. Y para ello, nuestra sociedad, hoy día, necesita cambios
importantes a la hora de orientar la vida económica, política y social. Y, de
manera especial, supone cambios a la hora de concebir el trabajo humano, no
como mercancía sino como principio de vida. Sólo así, se podrán reconocer los
derechos sociales de las personas y de las familias. Derechos que forman parte
de los Derechos Humanos y que pertenecen en justicia a toda persona por el
simple hecho de serlo.
Finalmente, con
la reflexión «La
defensa de los derechos en la vida social, política, laboral… en nuestro
compromiso» ofrecida por Loles Gambín,
militante de la HOAC de Orihuela-Alicante, hemos querido repensar la vida y
misión de la HOAC y sus militantes en el corazón del mundo obrero y del
trabajo. La Iglesia y cada uno de los
cristianos estamos llamados a participar activamente en esa tarea. Nuestras
comunidades, movimientos, parroquias…, tienen una especial responsabilidad en
la defensa, extensión y promoción de los derechos sociales como un aspecto
fundamental de los derechos de las personas vinculados a su dignidad de hijas
de Dios.
Pedimos a Nuestro Señor, el Cristo
Obrero, que nos dé la fuerza y la espiritualidad necesaria para combatir el
empobrecimiento y la deshumanización que vive el mundo obrero y del trabajo.
Una realidad a la que está contribuyendo la pérdida de derechos sociales de las
personas. Le pedimos también vivir este tiempo sin perder la alegría como una
oportunidad de luz y cambio, como un tiempo de conversión personal y
comunitaria a la fraternidad y a la justicia e invitar a los demás a vivirlo
también de esa manera, como un tiempo de gracia. Solo desde una vida y un compromiso
evangelizador lleno de esperanza como respuesta agradecida al amor de Dios
seremos capaces de, junto a otros, caminar en nuestro servicio al mundo obrero.
Ávila, 25 de julio de 2012
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