"Ignorar a los pobres es despreciar a Dios" Francisco

martes, 18 de noviembre de 2014

La Pastoral Obrera de toda la Iglesia reclama dignidad y esperanza para el mundo del trabajo

NOTA DE PRENSA - COMUNICADO
XX Jornadas Generales de Pastoral Obrera

(Madrid, 16 de noviembre). El sistema económico impide el trabajo decente que hace posible una vida digna, construye una forma de ser que deshumaniza y empobrece y, con ello, niega el proyecto de Dios para los hombres y mujeres en el mundo del obrero y del trabajo.
 

 
Con motivo del 20 aniversario del documento “La Pastoral Obrera de Toda la Iglesia”, el departamento responsable de la Conferencia Episcopal Española ha reunido, el 15 y 16 de noviembre, a dos centenares de personas de 37 diócesis, comprometidas con esta Pastoral y con las realidades del mundo obrero. Han participado también Mons. Antonio Algora, obispo de Ciudad Real y responsable de Pastoral Obrera; y Mons. Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid.

El encuentro ha profundizado, con la reflexión planteada en diversas ponencias, junto con las experiencias compartidas entre todos los participantes y la oración común, en la tarea encomendada por la Iglesia para el encuentro con el mundo obrero y la propuesta del Evangelio como alegría y esperanza para los trabajadores y las trabajadoras ante la nueva configuración y realidad del trabajo humano. Una realidad que afecta a todas las dimensiones de la existencia y es profundamente injusta y dolorosa.

Por ello, la Pastoral Obrera denuncia, sumándose a las palabras del papa Francisco, “que esta economía mata [1]” debido al sometimiento de la vida de los trabajadores y las trabajadoras a la codicia de unos pocos, anteponiéndose el beneficio a la dignidad sagrada de las personas. Como consecuencia, empobrece y precariza la vida de mujeres y hombres, frustra proyectos de vida personales y familiares; excluye, descarta y genera desesperanza.

La Pastoral Obrera de toda la Iglesia manifiesta que ésta configuración del trabajo impide la realización de una vida digna al negarse la dignidad humana y con ello, se niega a Dios mismo. A su vez, expresa una honda preocupación por la agenda política que ha desplazado del centro de todas las preocupaciones el bien común y a las personas más desprotegidas y pobres. Es urgente y necesario regenerar y dignificarla política.

Esta Pastoral está comprometida en seguir dando respuestas evangélicas desde el proyecto del Reino de Dios tiene para los hombres y las mujeres en el mundo obrero y del trabajo. Para ello, está emplazada a anunciar, junto a nuestros obispos, la propuesta de liberación de Jesucristo para las periferias del mundo obrero desde la conversión pastoral a la que nos llama el papa Francisco, para seguir siendo Iglesia encarnada. Esto pasa por realizarlo desde nuestra propia vida personal y vida eclesial que han de ser testimonio de esa opción, acompañando especialmente a los trabajadores y trabajadoras más desfavorecidos. Reclamamos así, un trabajo decente, que es la mayor aspiración y que hace posible la vida digna personal y familiar.

Así mismo, la Pastoral Obrera muestra su voluntad de generar espacios de encuentro que devuelva el protagonismo vital a las personas empobrecidas y que posibiliten otra economía, otro trabajo posible, en clave de humanización. Estamos convocados a ser Iglesia, casa de todos. Además queremos invitar a toda la Iglesia en poner en marcha acciones concretas de economía de comunión, y animarlas que ya existen, que muestran otras relaciones sociales y económicas basadas en la lógica del don y la gratuidad, acorde con la que Dios, Padre de Misericordia, sueña para todos sus hijos e hijas.

Finalmente, en el 20 aniversario del documento de la Pastoral Obrera de Toda la Iglesia renovamos llevar este mensaje de esperanza a las diócesis y movimientos, así como ofrecerlo como propuesta a nuestras comunidades, a trabajadores y empresarios, a creyentes y no creyentes, a hombres y mujeres de buena voluntad, a todos aquellos dispuestos a seguir abriendo caminos de esperanza para recuperarla dignidad en el mundo del trabajo.

A María, Madre de los pobres, madre del divino obrero de Nazaret, confiamos nuestra tarea.

Departamento de Pastoral Obrera
Comisión Episcopal de Apostolado Seglar




[1] Evangelii Gaudium

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