Manolo Semper, militante de la HOAC de Orihuela-Alicante Miembro del Grupo de Relaciones Internacionales de la HOAC |
Hoy es sábado. Llevo una completa semana por estas
tierras. Hoy tengo día libre en Bujumbura. Es decir, residencia de monjas;
lavar la ropa; paseo solo; internet; y después he quedado con un colega.
Anoche me puse a escribiros, pero no había interné. Hoy si pero es
un desastre con este escritorio no se de que país, no se con que centros.
Ahí van unos capitulejos...
Capítulo I
En vacaciones no se
madruga
Más de uno/a pensará que “ya está este golfo por ahí”.
El remite dice Bujumbura, que a ver donde está eso en el mapa. ¡Cómo se
lo monta el chaval!. Pues no es para tanto. Si os contara las verdaderas
dificultades que estoy sufriendo, no criticaríais tan fácilmente. Os diré
que sobre todo es un viaje de poco dormir. No sé por qué aquí la gente tiene
la costumbre de levantarse tan pronto, como el sol de verano, que por
estas tierras es siempre las 6 de la mañana
Estoy pasando sueño. Mirad: La noche primera del viaje me la
pasé durmiendo (no sé si también roncando) en el puro suelo de la T2 de
Barajas. Mal empezamos, con un déficit de dormir. (Seguidme con el Google map)
Llego a Kigali, unas cervezas de bienvenida, me voy a dormir a un centro
que llaman Procure Cathilique, pronto levantarse porque hay que coger autobús
para el país vecino: a las 7:00 horas sin consideración. Tras sortear aduanas
(y pagar) se llega a Uganda: una reunión de la internacional correspondiente al
África del Oeste. En este sitio ya la misa (opcional, protesto pero voy)
es a las 7:00 de la mañana. Martes todavía no recuperado, ya que no tienen la
buena cosa de la siesta, a las 5:30 am, camino del Aeropuerto de esta
manera, dormido y atontado veo el lago Victoria… (que con la pesca hacen
barbaridades, cuenta una película)
Y así "chaque your", a las 7:00 ya hay alguna actividad. Esto
ocurre en verano, en vacaciones: ¡tenedme un poco de pena por favor!
Capítulo II
¡Papeles para todos!
Sabéis, o no, que se me estropeó el viaje y salí una semana
después de lo previsto por culpa de los visados. ¡PAPELES PARA TODOS!. Llevo
aquí solo una semana , he pisado ya tres países: Ruanda de entrada, Uganda de
reunión y ahora estoy en Burundi en un Foro y el viernes paso por un campo de
trabajo. Llevo 11 cervezas solamente (eso sí de tamaño XXL sin llegar a
litrona. La marca de aquí se llama Primus.
Por cierto, estando por estas latitudes, se me ha olvidado
casi todo. He descansado de Rajoy y de su prima de riesgo. Por cierto ¿han
dimitido ya?
Se está en otro mundo, sin nada de información. Yo llevo
toda la semana sin acceso a Internet. Al mandar este correo voy a mirar algo de
información. Es lo mejor para desconectar, aunque sigue el cabreo.
Capítulo III
O sea que por aquí
estoy.
La mar de bien. ¿A qué he venido? A visitar a alguna gente y
a unos proyectos de formación que financia el Fondo de Solidaridad Internacional de la HOAC.
Un viaje que uno aprovecha, pero que yo qué sé, al final veremos. En confianza,
no sé demasiado bien a qué he venido, yo digo que a ver esto, a mirar (algunos
saben aquello de que un viaje es mirar, admirar y mirarse) Voy con los ojos lo
más abiertos que puedo, hablo con la gente, saludo, pregunto. Yo que pasaba o
paseaba por aquí. La cosa es dejarse llevar y es que la gente es cercana,
muy hospitalaria, me acompaña siempre, me llevan en palma de la mano, soy
su invitado (total que yo les traje unas pastillas de turrón). Gracias a los
que me han empujado a venir.
Y en lo que puedo hablo con ellos. Ni burundés ni
tiniaruandés. En este viaje me he especializado en francés, que por
cierto he hecho importantes avances. Incluso en dos ocasiones he tenido
que hacer un pequeño discurso y una presentación de pie y todo. Menos más que
son buena gente y que el valenciano lo arregla todo. Después en la cena les
repartí turrón, unas risas y todo arreglado.
Lo que decía, es cuestión de dejarse llevar, confiar. No
sabes el programa del día, pero se hacen las cosas. No sabes a qué hora, pero
es un rato después. Te llevan de la mejor manera, en el coche vas delante, a
comer el primero, te acompañan, te traducen, te saludan constantemente, te
sonríen siempre (es fácil, soy el único blanco de este forum de más de 2000
personas, la mayoría jóvenes, que por ambas cosas destaco, no demasiado joven y
algo blancucho).
Capítulo IV
Un desastre
El otro día, "mardí a midi", si me hubierais visto por un agujero…
os hubierais reído un montón (no sé si contarlo porque después…)
La cosa es que yo, levantado desde las 5:00 de la mañana,
llegaba del aeropuerto donde me recogen, que de amables se pasan. Venía más que
adormilado en el coche y me descargan en la misma puerta de la
Iglesia donde se está celebrando (algo así como la de Ciudad de Asís) a tope de
gente, dicen que más de 2000. Me dicen que deje la mochila y que entre. No me
voy derecho a un rincón en la puerta de entrada a ver que era aquello. Mi acompañante
me dice que no, que vaya con él, pasillo central. Yo buscando como escaquearme,
pero me agarraba, me insistía. Al presbiterio de cabeza. Saludo a Père Salvator
mi contacto por correo electónico. Que está en el micrófono. Me hace la
presentación. Aplausos. Me van saliendo lo colores. Que si la HOAC les está
apoyando, que la Acción Católica Española, aquí el represente de la HOAC.
Saludan con la mano, yo correspondo, Más aplausos. Presidiendo el
encuentro hay dos Obispos en la mesa central: Voy y les saludo. Sigue Salvator
al micrófono me dice que si quiero decir unas palabras yo digo que
no, que "merci beaocoup, que je sui tres content de etre avec vous.
Ye vou remerci". Ya bajo del escenario, me dan una silla para
sentarme y para respirar.
Manolo en un viaje anterior a Etiopia |
Capítulo V
Próximo capitulo
Avance, puede ser para este fin de semana que lo tengo
libre: He quedado con un amigo que anda por aquí, que el año pasado
conocimos en Etiopía y con el secretario del foro que nos acompañará a pasear
el domingo por el lago Tanganika. Y a un sitio de música.
La semana próxima, completa en Ruanda.
A lo mejor continúa el relato, pero no es fácil por el
Internet y yo no he comprado una ficha móvil. Así es que saludar al personal.
Alguna gente me ha dicho que le cuente algo, supongo que le
viene bien para echar unas risas. Yo no sé a quién escribo esta
carta, ni para qué. A mí me sirve para tener un resumen y anotar algunas
cosas del viaje.
Eso, si nos reímos un poco, el viaje vale la pena.
Y además unos besos.
Manolo
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